Utiliza el triángulo de la energía creciente o el triángulo de la esperanza.
Desánimo y depresión son dos estados emocionales que pueden afectar tu proyecto de vida; tú puedes superarlos, recurriendo a dos técnicas que han mostrado resultados.
¿Cómo se manifiesta el desánimo o la depresión en tu vida?, ¿Qué no te ha servido para superarlos?, ¿Quiénes te han ayudado a fortalecerte cuando los vives?
Desánimo: mi hijo fue cansado al gimnasio, sentía sueño, cansancio y tenía pereza de iniciar su rutina. No obstante él mismo encontró la manera de disfrutar esa hora de ejercicio, con una técnica que aplica a muchos casos en los nos encontramos desanimados.
Depresión: una prima entró sin darse cuenta en una corriente de negatividad, tristeza, desinterés, culpa, cansancio y mal dormir. Estuvo muchos días deprimida pero pudo retomar sus actividades habituales gracias a que se apoyó en el triángulo de la esperanza.
¿Qué es desánimo?
El desánimo puede definirse como un estado de poca motivación, entusiasmo o energía para realizar alguna tarea o un conjunto de actividades.
Una persona desanimada simplemente tiene un tono emocional “bajo” que está de acuerdo con su “poca” energía para hacer algo. Generalmente, no se trata de un trastorno emocional sino de un estado emocional normal dentro del variado paisaje de sentimientos y emociones que experimenta el ser humano.
Con el desánimo, la principal variación que la persona experimenta es un nivel disminuido de energía o de interés por hacer algo.
¿Qué es depresión?
La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
Una persona deprimida experimenta una dificultad para afrontar la vida diaria y sus responsabilidades con el colegio, la universidad o el trabajo; interpretado como un trastorno emocional, puede tener diferentes grados de intensidad (leve, moderado, grave) y distinta duración (pasajero, recurrente, crónico).
Con la depresión, la persona sufre tres cambios: se siente empequeñecida, desvalorizada o incapaz; percibe cada tarea, o la vida cotidiana, como muy pesada, abrumadora o insostenible; y como tiene muy poca energía o motivación, simplemente quiere escapar y no verse enfrentada a su situación.
El triángulo de la energía creciente
La técnica que usó mi hijo un día de desánimo para disfrutar su ejercicio en el gimnasio fue la combinación de consumir energía, crearse un ambiente favorable y motivarse con pequeños triunfos progresivos:
Consumir energía saludable: se compró un parfait y se dio permiso de disfrutarlo y consumirlo pausadamente.
Crear un ambiente favorable: eligió música cargada de fuerza y energía, rock muy cerca del metal, y buscó una máquina que le gusta, en un lugar donde podía ver el paisaje de la ciudad.
Lograr triunfos progresivos: inició con un ejercicio fácil, poco peso y pocas repeticiones; poco a poco, fue aumentando la dificultad, el peso y las repeticiones, hasta que llegó a su estado óptimo de energía.
Habitualmente, tú puedes superar tu desánimo si recargas energía saludable, organizas tu ambiente, de manera que te resulte agradable, y comienzas por tareas fáciles o entretenidas, para darte ánimo con las más difíciles o complejas. Yo llamaría esta técnica, el triángulo de la energía creciente.
El triángulo de la esperanza
En el caso de la depresión leve y pasajera de mi prima, lo que ella llamó su triángulo de la esperanza, fue la combinación de la búsqueda de apoyo, automotivación y elección de las tareas.
Encuentra apoyo: inicialmente habló con varios amigos y familiares para contarles lo desagradable que era su vida, pero al encontrar sólo voces de aliento y consejos para juzgar con objetividad las circunstancias o para superar su situación, se encontró poco comprendida y apoyada. Finalmente, encontró una persona que la escuchó con paciencia, no la juzgó y la acompañó serenamente durante su travesía.
Ayúdate y motívate: un día tomó la determinación de romper la tendencia en la que se estaba hundiendo; se bañó, se puso un vestido que le gusta, se puso bonita, reorganizó su habitación y se fue a un café a leer un libro que había comprado meses atrás.
Elige una carga liviana: dejó de hacer inicialmente algunas tareas que le resultaban penosas, pesadas o fastidiosas, pero que su aplazamiento no impedía que las retomara más adelante y tampoco parecía tener consecuencias graves. Se enfocó en una o dos tareas interesantes que se sentía capaz de realizar y que ella creía que tenían el poder de mejorar su situación.
Como sí encontró un verdadero apoyo en la persona que la escuchó sin juzgarla, pudo motivarse un poquito a sí misma y pudo sobrellevar una carga liviana logrando algunos pequeños triunfos con las tareas iniciales, mi prima logró salir de su depresión en pocos días y retomar sus compromisos habituales.
Ten en cuenta que los casos de depresión moderada, grave, recurrente o crónica, deben ser consultados con un especialista y pueden requerir medicamentos de apoyo. Si tú crees que estás en uno de estos casos, es necesario que busques ayuda profesional.
En caso de que sientas desánimo o depresión leve y pasajera, convéncete que tienes recursos para enfrentar la situación y que muy pronto lograrás superarla, porque siempre hay una salida.
Al salir del desánimo o la depresión leve y pasajera, estarás fortalecido para asumir tu vida y, posiblemente, para disminuir la probabilidad de caer nuevamente en el desánimo o la depresión.
Si quieres leer algo más sobre la depresión, te sugiero consultar la página de la Organización Mundial de la Salud.
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