martes, 17 de octubre de 2017

Una reflexión puede transformar tu vida

Treinta preguntas para tomar el control de tu vida y tu felicidad


La reflexión es una actividad que hemos perfeccionado durante miles de años; nos ha servido para evolucionar. Aprovecha tu capacidad para reflexionar y construir tu proyecto de vida y tu felicidad.


¿Qué cosas puedes mejorar en tu vida con la reflexión frecuente?, ¿Qué nuevas oportunidades o posibilidades necesitas generar?, ¿Cómo puedes incorporar tu imaginación y creatividad a tu reflexión? 

Hace cuatro meses le pregunté a mis contactos en Facebook y en LinkedIn "Cuáles son las pocas preguntas necesarias o esenciales para que un joven o un adulto pueda enfocar o dirigir correctamente su vida?".

Muchos comentaron sus valiosas opiniones, yo diría sabias, y me ayudaron a construir una lista de preguntas muy relevantes para tu proyecto de vida.

Descubrí en mis amigos una capacidad muy grande para reflexionar acerca de lo que vivimos y un interés generalizado en disfrutar más la vida, construir la felicidad y vivir mejor

¿Qué es reflexionar?


El diccionario define la palabra reflexionar como la acción de “Pensar atenta y detenidamente sobre algo”; aunque es una definición muy general y poco atractiva, dada la importancia que la reflexión puede tener en tu proyecto de vida, nos sirve como punto de partida.

Yo entiendo la reflexión como pensar acerca de mí mismo y de las circunstancias que vivo, para tomar el control de mi vida. En la reflexión, soy el pensador pero también puedo hacer parte de lo que pienso.

¿Cuáles son las etapas en una reflexión?


Me parece que hay tres momentos en la reflexión:

Observar: piensas acerca de ti, de tu vida, de lo que estás viviendo, de lo que quieres vivir, etc. 

En este momento, actúas como si estuvieras mirando fotos, imágenes o comentarios en Facebook o Pinterest... Estás interesado en algo, pero mantienes una cierta distancia con lo que vas “viendo” o pensando.

Participar: piensas en la situación que estás viviendo o en el problema que quieres resolver con la intención de entenderte mejor. 

En este momento, tú te vuelves protagonista en tu reflexión y actúas como si estuvieras editando las publicaciones que habías observado: etiquetas o eliminas fotos, modificas textos, agregas ubicaciones, compartes sentimientos… Sigues interesado en algo, pero ese algo tiene que ver contigo directamente.

Descubrir: piensas en aspectos o detalles relacionados con lo que te involucra. 

En este momento, es como si fueras más allá de las fotos o textos que has editado: piensas en las actividades, en las personas, en los lugares, hasta captar algo que responde a tus preguntas o algo que te inspira para ser mejor.

Tú puedes desarrollar tu capacidad de reflexión y transformar tu proyecto de vida, si haces reflexiones completas: 1. Observas ("¿Qué sucede?"), 2. Te involucras a ti mismo ("¿Qué sucede conmigo?") y 3. Descubres ("Qué puedo hacer?").
Tú puedes transformar tu vida si reflexionas un poco todos los días


La reflexión es como volar en un helicóptero


En esencia, la reflexión se puede comparar a un viaje en helicóptero que se aproxima a un lugar, da varias vueltas amplias para reconocer la zona y, poco a poco, va estrechando los círculos para detenerse en un punto determinado.

La reflexión es como mirar a través de un vidrio


Pero la reflexión también es como mirar a través de una ventana, en el sentido de observar lo que sucede “allá afuera”; sólo que en el vidrio de la ventana se refleja tu imagen y apareces metido en la escena que estás observando… 

Así como cuando le tomas una foto a una vitrina de un almacén, en la que tú apareces en el reflejo del vidrio tomando esa foto.

¿Para qué reflexionar ?


Y bueno, ¿Para qué pensar en lo que es la reflexión y en los tres momentos del reflexionar?

La reflexión nos ha servido durante miles de años para tomar distancia y control de lo que vivimos, para liberarnos de nuestras circunstancias y para ayudar a otros a actuar con libertad.

En resumen, la reflexión nos ha ayudado a ver más y a ver mejor, a hacernos más responsables y más dueños de nuestra vida... A tener un proyecto de vida propio.

Reflexiona tu proyecto de vida


Volviendo a lo que me dijeron mis contactos, organicé algunas de sus respuestas en cuatro grupos:

Preguntas de autoconocimiento y de coherencia personal:

  • ¿Quién soy?
  • ¿Cuáles son mis cualidades y defectos?
  • ¿Cuáles son mis habilidades y recursos?
  • ¿Qué puedo?
  • ¿Cómo me siento?
  • ¿Cómo estoy?
  • ¿Soy coherente?

Preguntas de evaluación personal o de las acciones:

  • ¿De dónde vengo?
  • ¿Cuánto he avanzado o crecido?
  • ¿Qué he aprendido?
  • ¿Qué he hecho?
  • ¿Qué me falta por hacer?

Preguntas de experiencia o vivencias:

  • ¿Qué me hace feliz?
  • ¿Qué me impide ser feliz?
  • ¿Qué me gusta?
  • ¿Qué quiero?
  • ¿Qué me motiva?
  • ¿En qué circunstancias me encuentro?
  • ¿Qué me impide actuar?

Preguntas sobre oportunidades, mejora personal y propósitos:

  • ¿Cuál es mi visión de mi futuro?
  • ¿Qué oportunidades tengo?
  • ¿Qué haría si no pudiera fallar?
  • ¿A qué le quiero dedicar el tiempo?
  • ¿En dónde quiero estar?
  • ¿A dónde me dirijo?
  • ¿Quién quiero ser?
  • ¿Qué sentido le quiero dar a mi vida?
  • ¿Cuál es el propósito de mi vida?
  • ¿Qué tan lejos quiero llegar?
  • ¿Con quién quiero compartir mis triunfos?
Reflexionar y hacerse preguntas sobre el proyecto de vida

Te invito a usar algunas de estas preguntas para dedicar de uno a cinco minutos del día a la reflexión; hazlo en la mañana o al final del día, pero hazlo todos los días.

Reflexionar es muy importante para que puedas liberar tu potencial, tu creatividad y tu capacidad para vivir mejor.

¡Reflexionar es una herramienta poderosa para evolucionar en tu vida!

Te invito a compartir esta publicación con otras personas, a señalar tu reacción o escribir tus comentarios con libertad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tus comentarios son muy valiosos. Gracias.