Para salir a caminar, para crear, para disfrutar el silencio de tu casa.
Hay tres anillos de seguridad que te ayudan a vivir bien, disfrutar más la vida y ser más feliz con tu proyecto de vida, pese a los peligros, la adversidad o la desgracia que pueda suceder. ¿Cuáles existen en tu vida?
¿Qué te reconfortaba y tranquilizaba cuando estabas pequeño?, ¿Qué te serena y anima cuando tienes problemas o sufrimientos?, ¿Cómo puedes hacerte más resistente ante la adversidad?
Los productos que compramos en el supermercado vienen dentro de sus empaques, las frutas y legumbres del mercado tiene cáscara, los aparatos electrónicos y electrodomésticos de nuestra casa tienen una cubierta o carcaza, los edificios, casas y construcciones se cubren de pintura o cualquier material que los proteja de la intemperie, hasta las microscópicas células tienen una membrana o pared celular que las rodea. ¿Y tú qué tienes para protegerte?
Un eje importante de la educación y de la reflexión cotidiana sobre las experiencias que vivimos, es la formación o identificación de factores protectores para vivir bien, disfrutar más la vida y ser más felices.
¿Qué son los factores protectores?
Factores protectores son las diferentes virtudes que aprendemos y desarrollamos a lo largo de nuestra vida y que nos ayudan a estar mejor preparados para enfrentar circunstancias difíciles, tales como la enfermedad, la hostilidad, la competencia desmedida, la envidia, la traición, la mala fé, la violencia, el maltrato, la injusticia, la pobreza, el robo, etc.
Son virtudes porque son conductas habituales en nosotros que están basadas en valores de vida, esto es, en nociones importantes para vivir y vivir bien.
¿Cuáles son los factores protectores?
Al igual que los seguros que adquirimos para proteger nuestro patrimonio o nuestra vida, los factores protectores nos ayudan a vivir bien, disfrutar más la vida y ser más felices, minimizando nuestros riesgos o ayudándonos a recuperarnos rápidamente en caso de problemas o tragedias graves.
Los factores protectores de nuestra vida, se clasifican en tres niveles:
Primer anillo de seguridad
Familia, vecinos, amigos y compañeros: el grupo de personas con quienes tenemos, o podemos tener, relación cercana es nuestro primer anillo de seguridad; literalmente, un niño necesita ser protegido por otros y, de hecho, en la mayoría de los casos el tener una buena relación con los demás nos resulta confortable y protectora en casos de desgracia o aflicción.
La sensibilidad humana, tu capacidad para dar y recibir, el afecto que brindes, el amor que construyas, la justicia y equidad que demuestres tener con los demás, la paciencia, el buen humor, la verdadera disposición a dialogar, tu actitud de comprender y servir a los demás, son virtudes que no sólo te harán bien aceptado y querido en tu círculo social, sino que te fortalecerán en los momentos difíciles.
Segundo anillo de seguridad
Habilidades personales: lo que sabemos hacer, lo que disfrutamos hacer, la manera como razonamos, las capacidades intelectuales que cultivamos, la manera como manejamos nuestras emociones y reacciones, el cuidado de nuestro cuerpo, la higiene, la alimentación, el ejercicio que hacemos, la forma cómo nos adaptamos a lo nuevo, nuestra apertura a nuevas culturas, costumbres o estilos, nos llena de confianza para asimilar mejor cada situación desfavorable y resurgir fortalecidos.
Que transformes la educación que has recibido, lo que has leído y lo que has aprendido de la vida, en capacidades para juzgar entre las diferentes opciones, pensar en las consecuencias de tu actuación y manejar con sabiduría tu vida y la de quienes tienes a cargo, tu amor a la lectura, el disfrute de la música o cualquier manifestación artística, tu capacidad para disfrutar la puesta del sol o las estrellas, son virtudes que tienes que traducir en acciones concretas y en resultados específicos, para vivir mejor y estar más protegidos.
Tercer anillo de seguridad
Poder interior: en todo caso, hay algo dentro de nosotros, muy dentro, que necesita ser cuidado y fortalecido para que podamos hacer frente a los peligros, dolores y tragedias de la vida, sin doblegarnos ni deprimirnos. Son aspectos en los que nuestra familia, vecinos, amigos y compañeros, no tienen intervención y que superar nuestras habilidades.
Creer verdaderamente en ti, en tu poder interior, experimentar que tienes una fuerza más poderosa que la que exteriorizas, descubrir que nana ni nadie te puede afectar o dañar si tú no lo permites, la firme decisión de resistir la adversidad, elegir los pensamientos positivos y el tono optimista, son virtudes tuyas y nada más que tuyas.
¿Cuál es el anillo de seguridad que tienes que reforzar en este momento de tu vida?
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