No seas indiferente ante el riesgo de suicidio.
Conoce 10 mitos frecuentes relacionados con el suicidio y mira un video con las acciones preventivas que pueden realizar los familiares, amigos, docentes, consejeros o directivos de un potencial suicida.
¿Cómo logras superar los momentos de intensa tristeza o frustración?, ¿Qué puedes hacer para apoyar a niños, adolescentes o adultos afligidos en extremo?, ¿Cómo puedes prevenir el riesgo de suicidio en personas cercanas a ti?
En el mundo, más de 800 000 personas mueren cada año por suicidio; es el drama de 800.000 proyectos de vida que se destrozan cada año.
El suicidio es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad. Hay indicios de que, posiblemente, más de 20 personas intentaron suicidarse, por cada adulto que efectivamente se suicidó.
El suicidio es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad. Hay indicios de que, posiblemente, más de 20 personas intentaron suicidarse, por cada adulto que efectivamente se suicidó.
El suicidio es prevenible en muchos casos
Hay numerosos mitos con respecto a los comportamientos suicidas; estos son algunos de los más comunes:
Mito 1: Las personas que hablan acerca del suicidio no se hacen daño pues sólo quieren llamar la atención… “Perro que ladra no muerde”.
FALSO. Se deben tomar todas las precauciones posibles al identificar a una persona que habla acerca de ideas, planes o intenciones suicidas. Todas las amenazas de daño a sí mismo, se deben tomar en serio.
Mito 2: El suicidio es siempre impulsivo y ocurre sin advertencia.
FALSO. El suicidio puede parecer impulsivo, pero es posible que haya sido considerado durante algún tiempo. Muchos suicidas dan algún tipo de indicación verbal o conductual acerca de sus intenciones de hacerse daño.
Mito 3: Los suicidas de verdad quieren morir o están resueltos a matarse.
FALSO. La mayoría de personas con ideas suicidas comunican sus pensamientos a una persona, o llaman a una línea telefónica de crisis o al médico, lo cual es prueba de ambivalencia, no de intención irrevocable de matarse.
Mito 4: Cuando un individuo da señales de mejoría o sobrevive a un intento de suicidio, está fuera de peligro.
FALSO. En realidad, uno de los momentos más peligrosos es inmediatamente después de la crisis o cuando la persona está en el hospital después de un intento de suicidio. Como el comportamiento pasado puede pronosticar un comportamiento futuro, el suicida sigue estando en situación de riesgo.
Mito 5: El suicidio es siempre hereditario.
FALSO. No todo suicidio se puede relacionar con la herencia, y los estudios concluyentes son limitados todavía. Sin embargo, el historial familiar de suicidio es un factor de riesgo importante de comportamiento suicida, particularmente en familias en que la depresión es común.
Mito 6: Las personas que se suicidan o lo intentan siempre tienen un trastorno mental.
FALSO. Los comportamientos suicidas se han asociado con depresión, abuso de sustancias, esquizofrenia y otros trastornos mentales, además de comportamientos destructivos y agresivos. Sin embargo, esta asociación es excluyente. Hay casos de suicidio en que no había ningún trastorno mental evidente.
Mito 7: Si se habla con alguien acerca del suicidio, usted le está dando ideas.
FALSO. Es claro que hablar no causa el comportamiento suicida con sólo preguntar si la persona está pensando en hacerse daño. En realidad, el diálogo cercano y respetuoso puede reducir la ideas suicidas.
Mito 8: El suicidio sólo le ocurre a “otros tipos de personas”, no a las familias normales.
FALSO. El suicidio le ocurre a todo tipo de personas y se encuentra en todo tipo de familias y sistemas sociales.
Mito 9: Una vez que una persona ha intentado suicidarse, nunca volverá a intentarlo otra vez.
FALSO. De hecho, los intentos de suicidio constituyen un factor de riesgo y una alerta de suicidio.
Mito 10: Los niños no se suicidan porque no entienden la finalidad de la muerte y son intelectualmente incapaces de suicidarse.
FALSO. Aunque es poco común, los niños sí se suicidan y cualquier gesto, a cualquier edad, se debe tomar en serio.
Algunos padres de familia, docentes, consejeros o trabajadores de la salud, pueden sentirse inquietos o poco preparados para trabajar con suicidas y deben desarrollar capacidades de orientación eficaces para tratar con esta población. La información, capacitación y experiencia en la intervención en crisis suicidas aumenta la competencia del consejero.
Adaptado de Prevención del Suicidio - Recurso para Consejeros, Organización Mundial De La Salud, Ginebra, 2006, consultado en:
¿Sabes qué puedes hacer por alguien que está contemplando el suicidio?
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