domingo, 12 de noviembre de 2017

Cómo superar una experiencia traumática o un desastre

Recupera el bienestar emocional y el sentido de control en tu vida.


Comprende las reacciones normales ante una experiencia traumática o un desastre para que puedas ayudar a una pronta recuperación, retomar el proyecto de vida o identificar la necesidad de un apoyo profesional.


¿Cuál es la situación que más estrés te ha causado?, ¿Cómo podrías manejar esa situación si volviera a repetirse?, ¿En qué te apoyas para enfrentar las situaciones difíciles y el estrés?

Separación de los padres, muerte de uno de ellos, violencia intrafamiliar, abuso sexual, desplazamiento forzado, agresión, reacciones desproporcionadas de los adultos o calamidades domésticas, pueden ser experiencias traumáticas y causar mucho daño en los niños y jóvenes. 


separación, muerte, violencia, abuso, desplazamiento, agresión, calamidades


Incendios en California, huracanes en Texas, Puerto Rico y las islas del Caribe, avalanchas en Colombia, tormentas en Irlanda, España y el centro de Europa, terremotos en Italia y Chile, violencia étnica en África, guerras por doquier, son desastres que han causado conmoción y estrés en millones de personas.

Guerras, incendios, huracanes, avalanchas, tormentas, terremotos

La mayoría de las veces las víctimas tienen que lidiar durante mucho tiempo con pesadillas, aflicciones, soledad y depresión, aunque la comunidad internacional y los gobiernos locales brindan su ayuda física y monetaria ante las emergencias.

Los desastres o las situaciones traumáticas suelen ocurrir de manera inesperada, súbita y abrumadora. En algunos casos no se detectan signos visibles de lesiones físicas, pero se paga un precio emocional. 

Las personas afectadas por situaciones límite generalmente sufren reacciones emocionales muy intensas. Comprender las respuestas normales a estos acontecimientos anormales puede contribuir al control efectivo de sentimientos, pensamientos y comportamiento, y una pronta recuperación. 

¿Qué ocurre después de un desastre u otro acontecimiento traumático?


La conmoción y la negación, reacciones normales de protección, son respuestas típicas a los eventos traumáticos y desastres, especialmente en los días posteriores. 

La conmoción es una perturbación súbita y a menudo intense que afecta el estado emocional, y genera aturdimiento o confusión. 

La negación consiste en no reconocer que ha ocurrido algo muy estresante, o en no reconocer totalmente la intensidad del acontecimiento. Incluso podría sentirse temporalmente paralizado o desconectado de la vida. 

En la medida que desaparece la conmoción inicial, las reacciones pueden variar entre las personas afectadas. Sin embargo, estas son las respuestas normales a un acontecimiento traumático:

Los sentimientos se hacen intensos y a veces impredecibles: irritabilidad, estado de ánimo inestable, ansiedad, nerviosismo o depresión.

Patrones de pensamiento y comportamiento se afectan: recuerdos repetidos y vívidos del acontecimiento, reacciones físicas como taquicardia o sudoración, dificultad para concentrarse o tomar decisiones, confusión, alteración en los patrones de sueño y alimentación.

Las reacciones emocionales recurrentes son comunes: los aniversarios del acontecimiento, como el mes o el año, pueden desencadenar recuerdos desagradables y temor de que se repita el acontecimiento estresante.

Con frecuencia se afectan las relaciones interpersonales: conflictos, como discusiones más frecuentes con familiares y compañeros de trabajo, distanciamiento o aislamiento, y rechazo de las actividades usuales.

Los síntomas físicos pueden acompañar al estrés extremo: dolores de cabeza, náuseas y dolores en el pecho; los trastornos preexistentes pueden empeorar.

¿Por qué las personas responden de forma diferente con el paso del tiempo?


No existe un patrón “estándar” de la conmoción o el estrés provocado por experiencias traumáticas. 

Algunas personas responden de inmediato, mientras que otras experimentan reacciones retardadas que aparecen meses o incluso años después. Algunas sufren efectos adversos durante mucho tiempo, mientras que otras se recuperan con bastante rapidez.

Asimismo, las reacciones pueden cambiar con el paso del tiempo. Algunas personas que han sufrido un trauma se sienten energizadas inicialmente para asumir el reto de enfrentar la situación, para luego sentirse desanimadas o deprimidas.

Varios factores tienden a afectar la extensión de tiempo necesaria para la recuperación, tales como:
  • El grado e intensidad de la pérdida. 
  • La capacidad general de una persona para enfrentar situaciones que le afectan emocionalmente. 
  • Otros acontecimientos estresantes que preceden a la experiencia traumática. 


¿Cómo puedo ayudarme a mí mismo y a mi familia?


Existen varias medidas que se pueden tomar para contribuir a la recuperación del bienestar emocional y del sentido de control luego de un desastre o una experiencia traumática:

Dedique tiempo a recuperarse. Tenga en cuenta que puede ser un momento difícil en su vida. Dedique tiempo a lamentar las pérdidas que ha sufrido. Trate de tener paciencia con los cambios en su estado emocional.

Pida ayuda a las personas más cercanas que puedan escucharle y solidarizarse con su situación. Pero tenga en cuenta que su sistema normal de ayuda pudiera debilitarse si esas personas también han experimentado o han sido testigos del trauma.

Comunique su experiencia en formas que le resulten cómodas, como hablar con familiares o amigos cercanos, o escribir sus impresiones en un diario.

Acuda a grupos de apoyo locales. Estos grupos pueden ser especialmente útiles para personas con limitaciones en sus sistemas personales de apoyo.

Adopte comportamientos saludables para perfeccionar su capacidad de enfrentar el estrés excesivo. Consuma comidas bien balanceadas y descanse lo suficiente. Utilice técnicas de relajación. Evite el consumo de alcohol y drogas.

Cree o restablezca rutinas como comer en horas regulares y seguir un programa de ejercitación. Tómese un receso de las demandas de la vida cotidiana dedicándose a pasatiempos u otras actividades agradables.

Evite tomar importantes decisiones en su vida, que no afecten su superviviencia, como cambiar de carrera o de empleo, si es posible, pues estas actividades tienden a ser altamente estresantes y, tal vez, no sea el momento oportuno.


Tiempo, ayuda, comunicación, apoyo local, saludable, rutinas, decisiones

¿Cuándo debo buscar ayuda profesional?

Algunas personas pueden manejar con efectividad las demandas emocionales y físicas provocadas por acontecimientos traumáticos, usando sus propios sistemas de apoyo. Sin embargo, es usual que los problemas serios persistan e interfieran en la vida: por ejemplo, nerviosismo o tristeza persistente que afectan el estudio, el rendimiento laboral y las relaciones interpersonales.

Las personas con reacciones prolongadas que interfieren en su funcionamiento cotidiano deben consultar con un profesional de salud mental capacitado y experimentado. 

En el caso de los niños, los arranques emocionales continuos y agresivos, los problemas serios en la escuela, la preocupación por el acontecimiento traumático, el alejamiento continuo y extremo y otras señales de ansiedad intensa o dificultades emocionales, resaltan la necesidad de ayuda profesional. 

Los psicólogos y otros profesionales ayudan a conocer las respuestas normales a la conmoción y el estrés extremo, y a encontrar formas constructivas de enfrentar el impacto emocional.

Basado en una publicación de la Asociación Americana de Psicología “Consejos para recuperarse después de un desastre”.

Sigue este blog, comparte esta publicación o publica un comentario.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tus comentarios son muy valiosos. Gracias.