lunes, 20 de noviembre de 2017

Deja de ser vulnerable

Conviértete en el ángel protector de tus proyectos.



Debemos evitar a toda costa el riesgo de vulnerar los derechos de los demás o aceptar situaciones adversas que nos vulneren. En nuestras manos están los recursos para superar la vulnerabilidad. 


¿Qué haces ante las situaciones adversas de tu vida?, ¿Cómo actúas ante los riesgos?, ¿Cómo aplicas la prudencia en tus actividades y proyectos personales?

Hace muchos años conocí a un sacerdote que llegó con vientos de cambio a una parroquia muy tradicional; ordenó retirar las estatuas de santos y muchas de las imágenes del templo. La comunidad se opuso, y un año después, la iglesia lucía como antes.

Hace pocos años conocí a un político que subió a la alcaldía de su municipio con un programa de gobierno innovador; suspendió varios programas que ayudaban a madres cabeza de familia, a estudiantes y a personas vulnerables. A pesar de ser muy carismático, se ganó muchos enemigos declarados, incluyendo algunos de la población objetivo de sus iniciativas.

La semana pasada conocí a un gerente que había renunciado a una multinacional para hacerse cargo de la empresa de su familia. Las primeras tres decisiones de fondo, suficientemente ponderadas, fueron rechazadas por la Junta Directiva, aduciendo que vulneraban derechos legítimos.

¿Qué tenían en común el sacerdote, el político y el gerente?


Quisieron cambiar las cosas, para generar una mejor situación, pero vulneraron las tradiciones religiosas de los fieles, los beneficios para la población necesitada o los derechos adquiridos por los propietarios.

En otras palabras, hicieron cosas de manera imprudente o impulsiva porque no evaluaron con anticipación los riesgos y, por lo tanto, no establecieron las medidas de control.

No hubo, entonces, la renovación pastoral imaginada, el cambio político prometido ni el impulso estratégico a la empresa. Las mejores intenciones y los proyectos planteados, quedaron en nada.


Vulnerar a otros puede dañar tus proyectos


Vulnerar es transgredir una ley o una costumbre, de manera que se causa daño física, económico o moral a otras personas.

Es muy fácil creer que quienes vulneran a otros son las personas agresivas, los políticos corruptos, los empresarios ambiciosos o los delincuentes. Es cierto que todos ellos de manera intencional, o por omisión, vulneran a la gente.

Pero igualmente es cierto, que todos nosotros podemos transgredir normas o costumbres y, de esta manera, generar daños para nosotros mismos o para los demás.

Piensa simplemente en las normas que transgredes como peatón o como conductor de un vehículo; en cualquier momento una infracción, aparentemente inocua, puede generar una tragedia.

En tus estudios, en tu trabajo, en la vida social, en todos los ámbitos de tu proyecto de vida, aún de manera intencionada puedes vulnerarte a ti mismo o vulnerar a otros.


¿Cómo evitas vulnerar a los demás?


Cinco sugerencias para ayudarte a manejar adecuadamente los procesos de cambio, las diferencias o choques culturales, la innovación y toda clase de procesos creativos, de manera que no se conviertan en procesos que vulneren.

Identifica los riesgos: puesto que un riesgo es cualquier evento o cosa que puede salir mal, es mejor identificar los riesgos con anticipación, de manera que tus proyectos tengan más posibilidades de éxito.

Establece controles: como tú puedes tomar medidas preventivas para evitar o mitigar los riesgos, en caso de que se presenten, procura siempre tomar sólo riesgos calculados para que en tus proyectos no haya desastres que podrían haberse evitado a tiempo. 

Suspende: en caso de que se materialice un riesgo, con daño a ti o a los demás, es necesario suspender la actividad, aprender de la situación y corregir, antes de reiniciar tu proyecto.

Repara: como se puede haber ocasionado daños a las personas o a la propiedad, es necesario que asumas la responsabilidad de reparar el daño que has causado.

No repitas: si aprendiste que tu actividad involucró un riesgo que se tradujo en daño, toma las medidas necesarias para evitar que la misma situación o alguna similar, se vuelva a repetir.

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No obstante, por más que controles que establezcas en tus proyectos, siempre habrá la posibilidad de que se presente un evento dañino. Siempre necesitarás mantenerte alerta y en aprendizaje continuo.

El riesgo de ser vulnerado es un riesgo que a veces se omite


Con frecuencia, en el análisis de riesgos se identifican aquéllos que pueden dañar a otras personas, el medio ambiente o la propiedad ajena.

Pero como todo el mundo no es juicioso o toma las medidas necesarias para prevenir los riesgos, tú mismo puedes salir afectado física, emocional o moralmente, por la acción de otros.

Como no tienes que hacer un análisis de riesgos formal para todas las situaciones imaginables, aquí te presento algunas sugerencias para ayudarte a ser menos vulnerable:

Calcula los riesgos: acostumbra a pensar en las tres cosas que pueden salir mal antes de comenzar una actividad o realizar cualquier recorrido.

No te expongas: si identificas que hay una probabilidad significativa de que alguno de los riesgos se hagan realidad, aunque tomaras las medidas preventivas a tu alcance, evita la situación.

Sal de ahí: si estás siendo dañado por cualquier situación, sal de ahí mismo, huye, que tu salud, tu integridad o tu vida valen mucho más.


Pide ayuda: si no puedes salir de la situación que te está causando daño físico, emocional o moral es necesario que pidas ayuda a personas o representantes de entidades adecuadas.


Crece en fortaleza interior: si no puedes salir de la situación, al menos por un tiempo, y no hay una ayuda disponible, te toca desarrollar las habilidades necesarias para poder hacer frente a la situación y minimizar el daño; o para transformar la situación que te daña. En todo caso, mejores habilidades necesitan la actitud adecuada y esto es fortaleza interior ante las situaciones adversas.

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En ningún caso aceptes un daño para ti, para las personas que amas o para los demás, como una condición irremediable en vida .


Siempre lucha por hacer realidad tu proyecto de vida o tus proyectos personales; hazte cada vez más fuerte, sin dañar y debilitar a los demás.

¿Qué debes hacer hoy?: ¿Prevenir riesgos en algún proyecto que tienes?, o ¿Superar una situación de riesgo personal en la que ya estás involucrado?

Cualquiera que sea tu respuesta, ¡Hazlo ya! Tu integridad y la de los demás están por encima de cualquier otra consideración.

¿Quieres leer más sobre Resiliencia? Consulta este artículo publicado por la Asociación Americana de Psicología. 

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