Es una condición natural en todos los seres vivos.
Cada año miles de personas son privadas de su libertad; las causas van desde la comisión de delitos graves hasta la persecución política, pasando por la detención preventiva, el secuestro y los falsos positivos.
¿Cuándo te sientes verdaderamente libre?, ¿Cuándo has perdido libertad?, ¿Cómo cuidas tu libertad?
La libertad es una condición natural en el ser humano, porque tiene raíces en su biología, es decir, en la naturaleza del ser vivo.
¿Cómo puede ser que la libertad se origine en la biología del ser vivo?
A partir de la concepción, se desencadena un proceso libre de multiplicación, diferenciación y desarrollo de las células que forman los diferentes sistemas de nuestro organismo.
Los seres vivos, en el nivel celular, nos hacemos a nosotros mismos, mediante un proceso permanente de creación y multiplicación de moléculas (*).
Nuestro esqueleto, nuestro sistema nervioso, nuestros músculos, el aparato digestivo, la piel, el cabello, las uñas, y todo nuestro cuerpo, se renuevan a lo largo de la vida gracias al trabajo de las células.
Lo maravilloso de este proceso biológico de creación continua de vida, a nivel celular, es que tú nunca dejas de ser tú, a pesar de que tus células se renuevan constantemente y tu cuerpo es completamente distinto de una década a otra.
Por eso decimos que la libertad es natural, en la medida que tú te creas y te recreas constante y de manera autónoma. Esto es el vivir.
La libertad también se manifiesta en tus ideas y relaciones
En este continuo presente de transformaciones que llamamos el vivir, también libremente creas y discutes ideas, explicaciones, teorías, etc., que responden a tu propio punto de vista, de manera que puedes ponerles el sello de “mi pensamiento” o “mi opinión”.
Por otra parte, también te relacionas con otras personas, con los animales, con la naturaleza y con todo lo que está a tu alrededor, pero siempre mantienes tu individualidad.
Ser vivo significa ser autónomo
La libertad tiene raíces biológicas y se manifiesta en tu vivir, en tus ideas, en tus relaciones y en tus acciones.
Esto aplica también a todos los seres humanos, incluso aquellos que están privados de la libertad.
Es decir, mientras vives, eres un organismo único y distinto, un ser humano individual y autónomo.
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(*) Basado en la noción de Autopoiesis propuesta y desarrollada por el biólogo Humberto Maturana
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