Cinco tareas para aprender del dolor y superar el sufrimiento
¿Cómo enfrentas el dolor?, ¿Qué dirían los demás acerca de tu actitud ante el sufrimiento?, ¿Qué enseñanzas te dejó aquella experiencia dolorosa más reciente?
Dos caras distintas ante el dolor
En días pasados fui con mi esposa a visitar una amiga que está hospitalizada por un cáncer muy agresivo; al llegar, nos habló uno de los hijos, muy apesadumbrado y cansado, acerca del doloroso proceso de su madre y de las pocas esperanzas que él albergaba.
Al poco rato, llegó su hermana que saludó de beso a su mamá, nos acogió con una enorme sonrisa, agradeció nuestra presencia y nos expresó su convicción de que ella se recuperaría muy pronto.
Dos historias completamente distintas acerca de la misma persona, nos fueron contadas en menos de media hora.
Lo más sorprendente para mí, fue el efecto de nuestras conversaciones en la paciente: durante los primeros quince minutos, nuestra amiga estuvo ensimismada, apagada y quejándose ocasionalmente; en los siguientes quince minutos, pareció ser otra persona, se mostró animosa, conversadora y sonriente.
Al poco rato, llegó su hermana que saludó de beso a su mamá, nos acogió con una enorme sonrisa, agradeció nuestra presencia y nos expresó su convicción de que ella se recuperaría muy pronto.
Dos historias completamente distintas acerca de la misma persona, nos fueron contadas en menos de media hora.
Lo más sorprendente para mí, fue el efecto de nuestras conversaciones en la paciente: durante los primeros quince minutos, nuestra amiga estuvo ensimismada, apagada y quejándose ocasionalmente; en los siguientes quince minutos, pareció ser otra persona, se mostró animosa, conversadora y sonriente.
¿Qué es el sufrimiento?
El sufrimiento se define como sentir física o moralmente un daño, un dolor, una enfermedad o un castigo.
Desde esta perspectiva, es indudable que el sufrimiento hace parte de las respuestas o reacciones de los seres vivos y, en particular, de los seres humanos. Casi, se podría decir, que nuestro proyecto de vida debe contar con el sufrimiento, si queremos ser felices verdaderamente.
Me parece que la clave para entender y transformar el sufrimiento, está en la dimensión subjetiva del mismo: observe que la definición involucra la palabra "sentir...".
Desde esta perspectiva, es indudable que el sufrimiento hace parte de las respuestas o reacciones de los seres vivos y, en particular, de los seres humanos. Casi, se podría decir, que nuestro proyecto de vida debe contar con el sufrimiento, si queremos ser felices verdaderamente.
Me parece que la clave para entender y transformar el sufrimiento, está en la dimensión subjetiva del mismo: observe que la definición involucra la palabra "sentir...".
Resistir para sufrir menos
El daño físico o moral y el dolor, se pueden tolerar, aguantar, llevar con paciencia, como reflejo de la grandeza de la persona frente a sus circunstancias. Por eso, acostumbramos educar a los niños pequeños en su capacidad para resistir y sobreponerse a las pequeñas y grandes molestias que la vida les presenta; es la virtud de la resistencia.
Pero hay situaciones en que ese daño se mantiene, se permite y se consiente, como resultado de nuestra inseguridad, temor y pasividad. Es el lado disfuncional y poco adaptativo del sufrimiento: el daño físico o moral no tiene por qué ser sufrido cuando hay formas de evitarlo, disminuirlo o mitigarlo.
Nuestra actitud ante el daño físico o moral hace la diferencia; los dos hermanos nos mostraron cómo se puede enfrentar de dos maneras completamente distintas. El primero, parecía llevar una enorme carga sobre su espalda; la segunda, simplemente nos animó durante la visita.
Ambos tenían la misma dolorosa circunstancia de su madre enferma, pero la forma como lo vivían era completamente diferente. Más aún, el comportamiento de cada uno frente al dolor, claramente se convertía en un factor de malestar o bienestar para su propia madre.
En el post anterior, subrayé que el dolor es inevitable pero que el sufrimiento es opcional; en este post, he querido aclarar esa idea y me parece que este ha sido un buen ejemplo que la vida nos regaló recientemente.
Pero hay situaciones en que ese daño se mantiene, se permite y se consiente, como resultado de nuestra inseguridad, temor y pasividad. Es el lado disfuncional y poco adaptativo del sufrimiento: el daño físico o moral no tiene por qué ser sufrido cuando hay formas de evitarlo, disminuirlo o mitigarlo.
Nuestra actitud ante el daño físico o moral hace la diferencia; los dos hermanos nos mostraron cómo se puede enfrentar de dos maneras completamente distintas. El primero, parecía llevar una enorme carga sobre su espalda; la segunda, simplemente nos animó durante la visita.
Ambos tenían la misma dolorosa circunstancia de su madre enferma, pero la forma como lo vivían era completamente diferente. Más aún, el comportamiento de cada uno frente al dolor, claramente se convertía en un factor de malestar o bienestar para su propia madre.
En el post anterior, subrayé que el dolor es inevitable pero que el sufrimiento es opcional; en este post, he querido aclarar esa idea y me parece que este ha sido un buen ejemplo que la vida nos regaló recientemente.
Cinco acciones para sufrir menos y ser más feliz
Asumiendo que el dolor, cuando es el resultado de un daño físico o moral, es inevitable y necesario en nuestra vida -nos alerta de daños físicos y emocionales que podrían llegar a ser mortales-; y reconociendo que el sufrimiento es opcional, en el sentido de que podemos elegir nuestra actitud ante el dolor, te invito a utilizar cinco acciones para enfrentarlo sanamente:
1. Valorar: hay algo muy valioso en el dolor, porque es una señal o advertencia ante un riesgo o un daño físico o moral. Es necesario que te mantengas alerta y agradezcas siempre la aparición del dolor, pues es necesario para tu supervivencia y, más aún, para tu crecimiento.
3. No dramatizar: evita construir una gran historia alrededor de tu dolor; no intentes conmover a nadie ni subrayar lo infortunada que es tu vida.
4. Instrumentar: utiliza el dolor como un instrumento para garantizar tu integridad, garantizar tu supervivencia e incrementar tu bienestar. Algunos llaman a esto, “saber leer el dolor”, es decir, desarrolla tu capacidad para entender lo que debes evitar, disminuir o cambiar en tu vida.
5. Aceptar: acepta la parte inevitable del dolor como una prueba y una oportunidad para aumentar tu resistencia física y tu fortaleza interior.
¿Cuál de estas acciones te fortalece más?
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