4 pasos para saber lo que no quieres en una decisión o en tu proyecto de vida
Tomar conciencia de lo que no quieres es un poderoso punto de partida para tomar decisiones o para clarificar tus proyectos: vida, amor, trabajo o salud. ¿Por qué empezar con una negación?
Cuando sabes lo que no quieres, aprovechas tu experiencia, eliminas alternativas que no van contigo y te resulta más fácil elegir lo que sí quieres.
¿Qué método utilizas para tomar decisiones?, ¿Qué haces cuando algo no te gusta?, ¿Cómo identificas lo que no quieres?
Cuando voy al supermercado de productos naturales me resulta fácil saber lo que no quiero comprar: generalmente no quiero la mayoría de las hortalizas, los tubérculos ni los productos empacados; tampoco quiero comprar lo que ya tengo en la casa. De manera, que me muevo con agilidad entre las secciones y elijo lo que sí quiero.
Cuando mi hijo me dice que tiene hambre, generalmente, yo le ofrezco alternativas de lo que hay en casa; todavía me sorprendo con la rapidez que él deshecha algunas alternativas y confieso que esa claridad y contundencia para decirme lo que no quiere, me causa alguna molestia. ¡Esta nueva generación parece tener más claras sus preferencias! ¿Y tú?
Cuando mi hijo me dice que tiene hambre, generalmente, yo le ofrezco alternativas de lo que hay en casa; todavía me sorprendo con la rapidez que él deshecha algunas alternativas y confieso que esa claridad y contundencia para decirme lo que no quiere, me causa alguna molestia. ¡Esta nueva generación parece tener más claras sus preferencias! ¿Y tú?
¿Porque es importante saber y decir lo que no quiero?
Lo que hemos vivido en el pasado, es decir, nuestras experiencias y nuestros recuerdos constituyen un valioso material para conocernos mejor, tomar mejores decisiones y vivir mejor. El presente es el escenario en el que vivimos y elegimos lo que más nos conviene.
Nuestras experiencia y memoria, cuando se refieren a malos momentos, nos ayudan a no repetir lo que no queremos; además, por salud mental y por conveniencia social, nos resulta muy importante saber y decir lo que no queremos.
Por otra parte, saber lo que queremos es más difícil que saber lo que no queremos, porque el cerebro funciona con dos principios cuando estamos tomando decisiones. Piensa la dificultad que un estudiante de bachillerato tiene para decidir lo que quiere estudiar en la universidad; le resulta más fácil, al principio, saber lo que no quiere estudiar.
Esto es muy importante conocerlo, sobre todo, cuando se trata de diseñar nuestro proyecto de vida o tomar decisiones cruciales en cada una de las etapas o situaciones por las que pasamos.
Nuestras experiencia y memoria, cuando se refieren a malos momentos, nos ayudan a no repetir lo que no queremos; además, por salud mental y por conveniencia social, nos resulta muy importante saber y decir lo que no queremos.
Por otra parte, saber lo que queremos es más difícil que saber lo que no queremos, porque el cerebro funciona con dos principios cuando estamos tomando decisiones. Piensa la dificultad que un estudiante de bachillerato tiene para decidir lo que quiere estudiar en la universidad; le resulta más fácil, al principio, saber lo que no quiere estudiar.
Esto es muy importante conocerlo, sobre todo, cuando se trata de diseñar nuestro proyecto de vida o tomar decisiones cruciales en cada una de las etapas o situaciones por las que pasamos.
¿Cuáles son los dos principios que sigue nuestro cerebro cuando decidimos?
Cuando tomamos decisiones nuestro cerebro se rige por dos principios:
Entre estos dos principios el que tiene más fuerza emocional o vivencial es el principio del dolor, es decir, evitar el dolor. Por eso, muchas veces al tomar decisiones o planear algo, nos queda más fácil identificar lo que no queremos.
- El placer: consiste en elegir aquello que nos resulta agradable, nos satisface o aquello que involucra una recompensa.
- El dolor: consiste en evitar lo que nos resulta desagradable, doloroso, molesto o que involucra una consecuencia negativa.
Entre estos dos principios el que tiene más fuerza emocional o vivencial es el principio del dolor, es decir, evitar el dolor. Por eso, muchas veces al tomar decisiones o planear algo, nos queda más fácil identificar lo que no queremos.
Un buen punto de partida para hacer tu proyecto de vida o para tomar una decisión importante, es hacer una lista de lo que no quieres.
¿Cómo puedes tener conciencia y saber lo que no quieres?
A muchas personas les han servido estas tres preguntas para saber lo que no quieren:
Los ejemplos son bastante generales; en tu caso te recomiendo que seas más preciso, es decir, que se refieran a ti, a situaciones concretas en tu vida y a personas que tú conoces, siempre que digas lo que no quieres tener, lo que no quieres hacer o lo que no quieres ser en tu vida. Mientras más personales, precisas y concretas sean tus respuestas, más valioso será este ejercicio para darte cuenta y tomar conciencia de aquello que no quieres, para tener un mejor proyecto de vida o para tomar aquellas decisiones en momentos cruciales.
- ¿Qué es lo que no quiero tener? Por ejemplo, no quiero tener: pobreza, enfermedad, soledad, una casa incómoda, un carro viejo, un televisor dañado, una cocina incómoda, ropa pasa de moda, enemigos, malas amistades, vicios, rabia, rencor, etc.
- ¿Qué es lo que no quiero hacer? Por ejemplo, no quiero hacer: volver, seguir jugando, malgastar el dinero, compras impulsivas, comer mal, comer a deshoras, pasarme horas y horas en el gimnasio, levantarme con sueño, desconectar de las redes, pelearme con mis amigos, enamorarme, vivir solo, fila en los bancos, pedir dinero prestado, llenarme de deudas, distanciarme de mi familia, exponerme al peligro, etc.
- ¿Qué es lo que no quiero ser? Por ejemplo, no quiero ser: una carga para mis hijos, un sufrimiento para mi esposa, tacaño, pobre, enfermo, rencoroso, débil, temeroso, indeciso, improductivo, pasivo, solitario, triste, empleado, emprendedor, etc.
Los ejemplos son bastante generales; en tu caso te recomiendo que seas más preciso, es decir, que se refieran a ti, a situaciones concretas en tu vida y a personas que tú conoces, siempre que digas lo que no quieres tener, lo que no quieres hacer o lo que no quieres ser en tu vida. Mientras más personales, precisas y concretas sean tus respuestas, más valioso será este ejercicio para darte cuenta y tomar conciencia de aquello que no quieres, para tener un mejor proyecto de vida o para tomar aquellas decisiones en momentos cruciales.
Recuerda, eso sí, que sólo te estás enfocando en lo que no quieres, tal vez porque te resulta más fácil en este momento o porque lo sugiero en este blog, y que te falta identificar lo que SÍ quieres para tener el panorama completo.
¿Qué vas a hacer ya?
Si estás en un momento crucial en tu vida, un momento en que tus decisiones marcarán tu futuro, o si estás haciendo tu proyecto de vida, te puede servir tomar conciencia de lo que no quieres. Te invito a hacerte las tres preguntas, escribiendo las respuestas una en cada hoja, a medida que se te vayan ocurriendo; para ello, es lo siguiente:
- Preguntar: Escribe las tres preguntas en tres hojas distintas.
- Responder: Comienza con la primera pregunta, es decir, lo que no quieres tener y escribe las respuestas que se te vayan ocurriendo, sin detenerte a pensar mucho y sin preocuparte por la ortografía ni la redacción.
- Intercalar: Cuando pienses respuestas a las otras dos preguntas, cambia de hoja, escribe tus respuestas y regresa a la pregunta en la que estabas trabajando; no tienes que quedarte en una sola hoja hasta estar seguro de que tienes todas las respuestas. Puede pasar de una a otra hoja, con flexibilidad, el ritmo de tus pensamientos.
- Revisar: Para finalizar, revisa si alguna respuesta debe ir en otro hoja y cópiala donde mejor quede; si alguna respuesta no es clara o está incompleta, mejórala.
Te invito a compartir esta publicación con otras personas que podrían beneficiarse de ella o que escribas tus comentarios con toda libertad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tus comentarios son muy valiosos. Gracias.