¿Cómo vivir con felicidad sin tener que arrepentirse?

Contra la absurda idea de que debemos arrepentirnos cuando estemos en el lecho de la muerte

​Nadie quiere experimentar remordimientos y no te los deseo, a menos que tú decidas hacer algo valioso como consecuencia de sentirlos. En este post te invito a construir tu proyecto de vida para la felicidad, tomando conciencia de los remordimientos ajenos.

¿Cuál es ese sueño, idea o iniciativa que abandonaste antes de luchar?, ¿Cuál es ese objetivo, proyecto o negocio que dejaste a medio camino?, ¿Cuál fue ese resultado, logro o triunfo que se te escapó a última hora porque no creíste en él?

Que no te pase esto

“En la puerta del horno se quema el pan” dice la sabiduría popular. ¿Te imaginas? Ese delicioso pan que fue amasado con paciencia, que fue horneado con dedicación, que está provocativo y a punto de salir del horno… ¡En un instante se quema!
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Como el pan, muchas veces en nuestra vida se queman nuestros sueños, ideas o iniciativas; se queman nuestros objetivos, proyectos o negocios; se queman nuestros resultados, logros o triunfos… Provocativos, pero se queman.

Arrepentimientos al final ¿Ya para qué?

​Muchas personas han experimentado que su vida se quema a última hora, hablando figuradamente, porque miran hacia atrás y las invade la nostalgia, la culpa y los remordimientos; estos sentimientos les resultan tan abrumadores que llegan a sentir como si hubieran perdido el tiempo o como si toda su vida hubiera sido un fracaso.

Paradójicamente, muchas personas experimentan los mayores remordimientos en aquellas áreas de su vida que parecen ir mejor.

Bronnie Ware (2012) observó cómo los enfermos se atormentaban con sus remordimientos, en una unidad de cuidados paliativos para pacientes terminales, que decidió escribir un libro (The top five regrets of the dying. Hay House, Inc.) con el ánimo de alertarnos acerca de nuestro proyecto de vida, para que tomemos decisiones correctas a tiempo, es decir, antes de enfrentarnos al final de nuestros días.

Arrepentimientos cotidianos. Y con ellos ¿Qué?

Pero no sólo a los enfermos terminales les puede pasar que se llenen de remordimientos y se agobien con lo hecho o con lo dejado sin hacer… Estudiantes, jóvenes profesionales, amas de casa, empresarios, artistas, deportistas, políticos, religiosos, delincuentes, en cualquier momento de su vida pueden experimentar profundos remordimientos que pueden desembocar en depresión, suicido o enfermedades crónicas.

Incluso, podría decirse que los remordimientos y la sensación de vacío que los acompaña, son uno de los grandes males emocionales de esta época.

¿Cómo no tener arrepentimimientos al final de nuestra vida?

Algunos han cambiado su estilo de vida cuando se han dado cuenta de que su vida no los estaba haciendo felices, otros han visto la muerte de frente y esa experiencia los ha ayudado a valorar cosas que antes parecían no percibir, unos cuantos se han levantado desde lo más profundo, han recapacitado y han recuperado su dignidad, muchos luchan día a día y se sobreponen a las dificultades en su propósito de vivir lo mejor posible.

Y es esta actitud de hacer lo correcto, de acuerdo con las circunstancias de cada uno, lo que previene los remordimientos terminales y, particularmente, hace meritoria la vida de cada quien.
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Por eso, precisamente, aún los remordimientos experimentados por los enfermos terminales de esa clínica, constituyen valiosas enseñanzas de vida, en la medida de que cada persona los reconozca como un riesgo en su vida o no, según su contexto personal.

​¿Cuáles son los cinco arrepentimientos más frecuentes y dolorosos?

En los enfermos cuidados por Bronnie Ware los arrepentimimientos se manifestaron de múltiples formas, pero hubo cinco que ella quiso destacar más:

1. Quisiera haber tenido el valor de vivir mi vida como de verdad la quería, no la vida que otros esperaban de mí
2. Quisiera no haber trabajado tanto, hasta el punto de descuidar lo que más amaba
3. Quisiera haber haber tenido suficiente valor para expresar mis sentimientos
4. Quisiera haberme mantenido en contacto con mis amigos
5. Quisiera haberme permitido ser más feliz, en especial con las cosas pequeñas de cada día

Vivir mi vida, trabajar con sabiduría, reconocer mis sentimientos, cultivar la amistad y abrirle la puerta a la felicidad, son resoluciones valiosas para enriquecer y moderar el proyecto de vida de cada persona. Por lo menos, yo encuentro que son verdades sencillas pero con gran poder para ponernos en el camino de la felicidad.      

Cambiar para mejorar

Si encuentras valiosas algunas de éstas lecciones para ser más feliz en tu vida, te invito a:

1. Identificar aquello que debes y puedes cambiar en tu vida
2. Definir cuáles son los comportamientos negativos que debes superar o eliminar
3. Clarificar con cuáles comportamientos positivos vas a remplazar los negativos
4. Visualizar e imaginar lo bien que te vas a sentir con este nuevo estilo de vida
5. Cultivar los nuevos comportamientos positivos que hayas elegido

Recuerda que es más fácil abandonar comportamientos dañinos, que nos pueden conducir a grandes remordimientos, cuando tenemos claro los comportamientos saludables que vamos a practicar. Por ejemplo, es más fácil que dejes de fumar, cuando estás decidido a entrenar para la maratón del próximo año.
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Lo que está en juego es tu vida misma, la alegría de vivir, tu felicidad y la convicción de vivir una vida que valga la pena. Asegúrate de vivir de tal manera que nunca tengas remordimientos… sólo aprendizajes y experiencias de crecimiento humano.

¿Cuál es aquella situación en tu vida que te esté hablando a gritos para que cambies?, ¿Cómo puedes tomar o retomar el control de tu vida para mejorar tu felicidad?, ¿Cuáles aspectos de tu vida te ponen en riesgo innecesario?

Tal vez sea el momento de retomar sueños, ideas o iniciativas abandonadas, objetivo, proyectos o negocios sin terminar, resultados, logros o triunfos casi listos… Sólo tú sabes.
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