Cómo solucionar problemas sin estrés ni complicaciones
Soluciona efectivamente los problemas en tu vida, sin estrés ni complicaciones adicionales; las soluciones verdaderas vienen sin toppings. Hay 3 acciones para mejorar nuestra actitud ante los problemas y avanzar con nuestro Proyecto de Vida.
Un problema es cualquier situación que requiere una solución, ¡Soluciónalo entonces! Nada haces complicándote o estresándote.
¿Cuáles son los problemas que te gusta solucionar?, ¿Cómo puedes ampliar tu capacidad para solucionar problemas de otra clase?, ¿Cómo puedes hacerte mejor solucionador de problemas?
Te comparto este caso de la vida real
Hay un grupo de padres de familia que se hizo cargo de organizar el Prom, la fiesta de graduación, de sus hijos; todo parecía indicar que ellos interpretarían correctamente las expectativas de los estudiantes y se pondrían fácilmente de acuerdo, porque se conocen bien.
No obstante, en sólo un mes de estar trabajando en la solución, se han presentado tantos malentendidos, controversias, acusaciones mutuas, críticas, sarcasmos, distanciamientos, que ni ellos mismos logran entender lo que ha pasado.
El fin de semana pasado, una de las mamás participantes me decía “Es que somos muy complicadas…”.
A propósito, se ha puesto de moda creer que las mujeres son más complicadas que los hombres; no sé, no estoy seguro, no conozco evidencia científica que sostenga eso; creo que depende de las circunstancias y del contexto.
Solucionar no es complicar la solución
Ahora bien, imagínate que en este preciso momento estás resolviendo un complejo problema de matemáticas; una de tus primeras reacciones, tal vez, sea decir “¡Que complicado!”.
Pues sí; con bastante frecuencia, cuando tenemos un objetivo o un problema, no solo nos invade esa sensación de complique sino que encontramos maneras de enredarnos y complicar el proceso de solución.
Dos de las expresiones que más me gusta usar cuando aparecen los problemas, son:
“No te preocupes… Ocúpate de la solución”
"Duro con el problema; suave con las personas"
Un Proyecto de Vida también puede entenderse como una solución a los diferentes problemas que la vida te presenta y todos sabemos que la vida es bastante compleja como para complicarla más de la cuenta.
Las verdaderas soluciones son elegantemente sencillas
En este post, quiero invitarte a no complicarte cuando necesites solucionar un problema o cumplir un objetivo. Si puedes tener soluciones válidas, que sean sencillas, y sin tanto estrés, ¿Por qué elegirías las complicadas?
Que no sean tus egos, tu deseo de figurar, tu ambición de poder o tus recelos, los que dirijan tus soluciones, porque así te complicarás más de la cuenta.
¿Cómo puedes solucionar un problema?
Aquí no me refiero al método científico que aplica a soluciones de problemas en el contexto de Ciencia y Tecnología; tampoco a lo que comúnmente se llama “análisis y solución de problemas”.
Lo que quiero subrayar es tu actitud, tu comportamiento, tu estilo personal para encontrar soluciones sin tanta complicación.
Aprópiate
Puede ser que haya problemas ajenos que requieran una solución de tu parte; en este caso, el problema deja de ser ajeno porque tienes la responsabilidad de solucionarlo o contribuir a su solución. Con mayor razón, si el problema es tuyo, hazte cargo hasta solucionarlo.
No hables por otra persona, no te hagas vocero de los demás, no asumas la postura de que tú sí tienes en cuenta a los que no están participando... !Habla sólo por tí!
No hables por otra persona, no te hagas vocero de los demás, no asumas la postura de que tú sí tienes en cuenta a los que no están participando... !Habla sólo por tí!
¡Cuidado! Nunca trates de solucionar problemas como otra persona lo haría o como otra persona quisiera. Llegar a la solución es tu responsabilidad, lo hagas solo o en grupo, y debe ser satisfactoria para tí y para quienes te acompañan; pero la solución que elijas, depende enteramente de tí, o de ustedes.
En pocas palabras, la verdadera solución tiene que ver más con superar el problema que imponer creencias, opiniones y expectativas de las personas: No confundas solución con satisfacción; son dos momentos y criterios distintos.
Asesórate
Muchos problemas ya han sido resueltos por otras personas. No trates de resolver problemas desde cero; no creas ni actúes como si cada problema, cada objetivo o cada proyecto que tienes fuera único; eso es cierto sólo para las personas más complicadas, aquéllas que difícilmente se ponen de acuerdo y no encuentran soluciones.
Además, ten en cuenta que gran parte de los problemas o retos se solucionan siguiendo un procedimiento o una serie de pasos.
Encuentra una persona que ya haya enfrentado un problema similar o haya tenido un objetivo parecido. Trátalo como un experto, porque en eso, al menos, es más experto que tú. Explícale con claridad la situación y pídele que te ayude a encontrar una solución.
Si se trata de un problema que sólo tienen una solución –por ejemplo, encontrar un producto, tener un permiso, hallar un repuesto, etc.-, toca tantas puertas como sea necesario, solicita orientación y persevera; en algún lugar está la solución.
Actúa
No te quedes analizando o pensando: pasos, etapas, fases, programas o planos en el papel, sean escritos o dibujados, sólo representan lo que tú tienes que hacer.
Pasa del diálogo a la acción, del análisis a la operación. Ningún problema se soluciona sólo en la mente. Convierte tu reflexión, la discusión de tu equipo o la asesoría que hayas recibido, en pasos o etapas jerarquizadas u organizadas.
Es el uno, dos, tres de cualquier solución. Ejecuta cada tarea en su momento y lo más pronto posible; no acaricies los problemas ni te apegues a ellos.
Si de verdad es un problema, o una situación problemática, requiere una solución y es tu responsabilidad desde el primer momento que te afectó o cuando te apropiaste de él.
La mayoría de los problemas, objetivos o proyectos, se resuelven sencillamente con acciones relativamente simples, hechas en el momento apropiado.
En tus manos está la solución... ¡Ejecútala!
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