Tres errores comunes con las decisiones.
Decidir no es lo mismo que escoger el camino correcto. Ten en cuenta todos los elementos, considera todas las alternativas y escoge lo que tú quieres.
¿Cuáles han sido tus decisiones más importantes?, ¿Cómo tomaste esas decisiones?, ¿Cómo sabes que tus decisiones son las correctas?
A lo largo de mi vida profesional he tenido que acompañar muchas decisiones vocacionales y con frecuencia he encontrado jóvenes que creen que decidirse por una carrera es lo mismo que tomar la decisión que más les conviene.
Así como le sucede a un joven con la decisión de qué estudiar al salir del colegio, tú puedes quedarte en tomar una decisión en lugar de elegir la decisión más favorable para tu vida (escoger entre varias alternativas de decisión).
No es suficiente tomar decisiones
En muchos casos, tomar decisiones no es suficiente para ponerse en el camino de la realización personal y de la felicidad.
Cuando decidimos podemos caer en tres errores:
Error 1: Decidir sin tener en cuenta todos los elementos: ¿Tumbarías el bosque porque un árbol está podrido?
Error 2: Decidir sin proponer alternativas: ¿Venderías el bosque sin considerar que puedes sembrar cada vez que cortes un árbol?
Error 3: Decidir lo que otros quieren: ¿Acabarías con el bosque para que venga el urbanizador y se enriquezca?
Un joven que decide su profesión o cualquier persona cuando toma decisiones, puede confundirse creyendo que su decisión es correcta, cuando en realidad:
- No tuvo en cuenta sus aptitudes, intereses y potencial
- No consideró muchas opciones sino que se contentó con lo más conocido.
- No siguió su vocación sino los deseos de sus padres, maestros o amigos
Por eso, nunca confundas tu capacidad de decisión (tomar cualquier decisión) con elegir la decisión más favorable para ti.
Elige correctamente: toma tus propias decisiones
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