Cinco maneras de prevenir el estrés

Tú puedes afrontar cualquier situación. 

Muchas personas han dejado de ver las noticias porque se preocupan y estresan; sin embargo, las redes sociales, el email y las exigencias cotidianas, también son fuente de estrés. 

¿Qué te estresa?, ¿Qué haces cuando te estresas?, ¿Cómo evitas el estrés? 

El estrés puede definirse como el conjunto de las reacciones fisiológicas que preparan al organismo para responder ante las demandas de su entorno (OMS, 1994). 

Sin embargo, el estrés también puede manifestarse a nivel emocional como una carga de preocupación, nerviosismo, irritabilidad e, incluso, ansiedad. Esta experiencia subjetiva, de hecho penosa, se asocia frecuentemente a la definición de estrés. 

No obstante, una respuesta emocional así, sucede cuando las demandas del entorno desbordan las capacidades del individuo o cuando se mantienen durante largo tiempo, sin que la persona logre responder adecuadamente. 

Las reacciones fisiológicas y emocionales asociadas al estrés suelen ser intensas, pero es su duración lo que puede definir dos extremos: 

Eustrés: es de corta duración; por ejemplo, te alistas para una entrevista laboral, un viaje, un examen y sientes una agitación o acelere que te impulsa a prepararte bien, cuidando los detalles más importantes, alistando todo lo que necesitas y permitiéndote afrontar la situación del mejor modo posible para ti. Es una respuesta adaptativa y creativa a las exigencias del momento. 

Distrés: es de larga duración; por ejemplo, tu negocio propio no despega o atraviesa una crisis muy compleja, tienes una mala relación de pareja o con tu familia, postergas constantemente algunas decisiones difíciles para ti, evades problemas que requieren una solución inmediata o radical; tales situaciones se convierten en una carga que arrastras por largo tiempo, desbordando e interfiriendo tu capacidad adaptativa y debilitándote. Es una respuesta no funcional ni adecuada a las circunstancias. 

Desde el punto de vista psicológico, tal vez, lo crucial es la interpretación que tú hagas de la situación que vives y de tu capacidad de afrontarla. Me explico: la muerte de un ser querido puede ser interpretada como una tragedia o como un evento natural; igualmente, puedes interpretar que tienes la capacidad para aceptarla o que nunca podrás superarla. 

Si interpretas la muerte de ese ser querido como algo natural y sientes que puedes aceptarla, la magnitud del estrés psicológico probablemente no te desborde y no tenga consecuencias negativas en ti. 

Pero si crees que se trata de una verdadera tragedia que nunca podrás superar, las consecuencias fisiológicas, emocionales y sociales, podrán lesionarte severamente: enfermedades graves o crónicas, aislamiento, descuido de asuntos importantes o vitales, etc. 

¿Cómo puedes prevenir el distrés y sus consecuencias negativas? 

Vive el aquí y el ahora:

1. Cuida un estilo de vida saludable: aliméntate de manera balanceada y oportuna, consume frutas y verduras, considera los suplementos alimenticios y antioxidantes, bebe agua, descansa, haz ejercicio, duerme. 

2. Afronta las pequeñas exigencias de la vida cotidiana: cumple con tus tareas y obligaciones, atiende los asuntos imprevistos que se presenten, paga los servicios públicos, sal de deudas, arregla lo que está dañado. 

3. Elige interpretaciones favorables: escoge los pensamientos que te empoderen y te motiven a salir adelante, frente a las desventajas o situaciones adversas; mira con los ojos del optimista y de quien está al acecho de oportunidades. 

4. Desarrolla tus competencias: aumenta los conocimientos y habilidades que te permitan hacer bien las cosas en lo académico, lo laboral y lo personal; evoluciona, aprende e innova, para que estés a la altura de las nuevas circunstancias. 

5. Cultiva relaciones positivas: a tu alrededor hay muchas personas que están dispuestas a ayudarte porque te aprecian o porque han elegido profesiones de ayuda a los demás; siempre habrá una mano amiga dispuesta a ayudarte, si eres leal y agradecido con las personas. 

En resumen, hay mucho que tú puedes hacer para prevenir o resolver las situaciones que podrían causarte estrés crónico o distrés dañino. No te quejes de las situaciones adversas o circunstancias desfavorables; saca lo mejor de ti e interpreta tu vida, como una oportunidad de constante crecimiento personal. 

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