sábado, 14 de abril de 2018

Cómo puedes ser tu propia obra

Decide cuál va ser la obra de tu vida. 


Tu vida es un espacio, un material, una partitura, un lienzo o una hoja en blanco que puede llegar a ser una gran obra. 


Mi esposa tiene un profundo sentido estético, pero no es artista; sin embargo, en días pasados asistió a un evento e hizo su propia obra. 


Hay un amplio consenso entre los científicos acerca de que obrar con creatividad es una capacidad básica de los seres humanos, porque sólo se necesita el estímulo del entorno y la motivación del individuo, sobre las mismas bases neurológicas que todos tenemos. 

¡Tú puedes hacer tu propia obra! 

¿Qué sabes hacer?, ¿Qué haces con gusto?, ¿Cómo quieres que sea tu vida? 

El camino más directo para recibir el estímulo social necesario y mantener la motivación personal, es hacer nuestras propias obras y compartirlas con los demás. Sólo tienes que atreverte a hacer tus propias obras. 

Toda obra es un producto de tu conciencia y por eso mismo, tiene importancia. Cuando haces una obra, dedicas tu atención, conocimientos, destrezas y tiempo en la elaboración de ese producto. 


Puede tratarse de un producto de tu conocimiento y afición por el arte, pero también puede ser el resultado de tu interés por las letras o por la ciencia. 

¿Sabes cuál es la obra más importante que puedes crear? 


Tu propia vida. Imagina tu vida como si transcurriera en un gran taller y tú te entregaras con entusiasmo a hacer una obra fascinante con tu vida, cada día de tu existencia. 

¿Cómo podría ser tu vida una obra digna de ser admirada? 


Las posibilidades son infinitas, pero puede ser una obra admirable porque tu vida puede ser como: 

Una construcción porque respondes a una necesidad colectiva y superas las expectativas, usando tus conocimientos de vanguardia y las técnicas más avanzadas. Piensa en la Gran Muralla China, en las pirámides de Egipto, en el Burj Al Arab o en la Estación Espacial Internacional: así de imponente puede ser tu vida. 


Una escultura que se distingue por su belleza, dramatismo y movimiento; la creas con tu ingenio y haces aparecer la forma “escondida” dentro de los materiales que te ofrece el medio. Piensa en la Venus de Milo, en la Piedad de Miguel Ángel, el Pensador de Rodin o la Estatua de la Libertad en Nueva York: así de hermosa puede ser tu vida. 


Un musical que transmite paz, alegría, suspenso, emoción, porque integras con maestría la habilidad de las personas, los instrumentos que saben ejecutar y el trabajo de cada uno, de la manera más armónica y eficaz. Piensa en la Novena Sinfonía, el Mesias de Haendel, Chicago de Maurine Dallas Watkins o Mamma Mia de Catherine Johnson: así de fluida puede ser tu vida.

Una pintura que es observada con encanto, sorpresa o misterio, porque muestras la realidad o propones un mundo distinto, con una perspectiva única que responde a tus vivencias, experiencias y circunstancias. Piensa en la Gioconda de Leonardo Da Vinci, en la Noche Estrellada de Vincent Van Gogh o en el Guernica de Picasso: así de impactante puede ser tu vida. 


Un libro que comparte sabiduría, conocimientos o ingenio, una obra que habla por sí misma con un significado de aprendizaje, descubrimiento o diversión que tú escribes para las otras personas. Piensa de la Ilíada, la Biblia, Harry Potter, el Señor de los Anillos o El Alquimista. Así de interesante puede ser tu vida. 


Podríamos seguir con innumerables metáforas de cómo puede ser tu vida, un poema, una canción, un drama, una serie, un jardín, un huerto, una mina, un video juego, una autopista, un puente, etc., pero eso es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que tú decidas cuál va a ser la obra de tu vida. 

¡Tu vida puede ser una obra maravillosa! Todo depende de ti. 

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