La neuropsicología al servicio de nuestros proyectos.
(Al final, hay un video de esta publicación)
¡Que nuestros sueños se hagan realidad! Salir de la crisis con las pilas recargadas para lograr los objetivos que de verdad importan.
¿Qué sueños tienes?, ¿qué estás haciendo para lograrlos?, ¿Qué te enseña la ciencia y tu experiencia?
Hubo un tiempo en que los afortunados podían encontrar una botella encantada con un genio dispuesto a concederles tres deseos en agradecimiento a su libertad.
Pero los tiempos han cambiado, escasean las lámparas maravillosas y los genios han desaparecido; ahora, nos toca hacernos cargo de nuestros propios deseos y trabajar para hacer realidad nuestros sueños.
No se trata de nada mágico ni misterioso, sino de hacer que nuestra experiencia y la ciencia trabajen en la misma dirección.
Una veintena de países están trabajando intensamente para encontrar una vacuna contra el SARS-CoV-2, el virus del Covid-19 y, aunque “el proceso de desarrollo, prueba y autorización de una vacuna está diseñado para ser lento, deliberativo, revisado por pares, reflexivo y basado en evidencia para que no haya errores”, algunos laboratorios ya están en las pruebas clínicas.
Para dar con una buena vacuna, los científicos también están aplicando lo que la ciencia y la experiencia les ha enseñado acerca de cómo lograr que sus sueños se hagan realidad.
Para ilustrarlo vamos a tomar el ejemplo de Li Ying, una de las investigadoras más jóvenes del Instituto de Biotecnología de Beijing, en China.
Li Ying hace lidera el equipo de investigación básica en el laboratorio para identificar los antígenos adecuados que puedan inducir una inmunidad efectiva del organismo contra el coronavirus. Ella trabaja en la primera de las seis etapas para la comercialización de la vacuna y sabe que las sucesivas pruebas clínicas les brindarán información valiosa para mejorar los antígenos.
Con la paciencia de los buenos investigadores, Li Ying sabe que el mejor camino para llegar a un buen resultado es repetir varias veces el ciclo de mejoramiento continuo que consiste en planear, hacer lo que se ha planeado, verificar que los resultados se estén logrando y realizar los cambios que sean necesarios, tantas veces como se requiera.
Si los científicos, con todo su conocimiento y experiencia, siguen el ciclo de mejoramiento continuo, también es muy provechoso para todos nosotros cuando tenemos el reto de lograr que nuestros sueños se hagan realidad.
Nos pusimos en la tarea de entrevistar a Li Ying para que nos contara cómo una mujer tan joven había llegado a uno de los laboratorios más avanzados del mundo, con la intención de aprender a aplicar su metodología de mejoramiento continuo en el logro de nuestros objetivos personales, familiares y empresariales. Esto fue lo que nos dijo:
“Yo estudié microbiología en Shandong University, tal vez, porque siempre me gustó la naturaleza y cuando cumplí ocho años, mis padres me regalaron un microscopio.
Mi Maestro y mis padres, desde muy pequeña, me formaron con la idea de que yo podría lograr cualquier objetivo que me propusiera siempre y cuando lo anhelara profundamente, escogiera el momento indicado y lo definiera de manera precisa.
Practicante
Cuando inicié la Maestría, la Universidad publicó una lista de las empresas que estaban buscando practicantes; aunque disponía de muy pocas horas a la semana, me postulé porque era una muy buena oportunidad para mí.
Cuando estaba en el colegio, siempre iba a jugar o hacer gimnasia a Mnghe Park que queda muy cerca del Instituto de Biotecnología, de manera que era una institución muy familiar para mí. Por eso, no lo dudé ni un instante.
Planear
Tenía buenos motivos para trabajar en uno de los mejores laboratorios de China, estaba iniciando mi Maestría y cumplía con el perfil y la disponibilidad mínima. He aprendido que cualquier objetivo que nos propongamos lo podemos lograr si lo queremos fervientemente, nos lo proponemos en el momento oportuno y lo definimos claramente.
Esa tarde, le señalé la convocatoria que estaba en la cartelera a mi amiga Xiaoyan mientras le decía: “Voy a presentarme mañana como practicante porque ahí voy a trabajar cuando termine la Maestría”.
Objetivo
De manera que ya, en ese momento, tenía un buen objetivo claramente definido porque era “medible” (si firmaba los contratos, primero de practicante y, después, el de investigadora de planta), era ambicioso para mí (me encantaría ingresar al Instituto), pero también muy realista (había una convocatoria y yo cumplía los requisitos), estaba definido en el tiempo (decidí presentarme al día siguiente y estaba convencida que luego de dos años, firmaría como investigadora) y, finalmente, era muy específico (trabajar en el Instituto de Biotecnología).
Hacer
De ahí en adelante, lo que hice fue presentarme para el proceso de selección de practicantes y, cuando ya fui admitida, cumplir con mis tareas y mis obligaciones. Afortunadamente las cosas salieron muy bien y, cuando terminé mi Maestría, mi jefe me ofreció un contrato como Investigadora Junior.
En los tres proyectos que participé como practicante, aproveché el entrenamiento que me brindaron y leí muchísimo para estar un paso delante de mis deberes; de hecho siempre me sentí bien preparada y con las competencias necesarias, a medida que la exigencia iba aumentando.
Por supuesto, no todo dependía de mí porque, afortunadamente, el instituto siempre nos brindó los recursos necesarios y respetó los tiempos de investigación.
No te voy a decir que haya sido fácil, porque sí hubo momentos muy críticos y mucho trabajo, sobre todo en tiempo de exámenes, que estuve a punto de renunciar; pero, igualmente, también hubo momentos muy satisfactorios y, en general, disfruté mucho esa práctica.
Mi sueño se ha hecho realidad porque asumí la responsabilidad de hacer lo que me había propuesto en mi plan, es decir, mejoré mis competencias para estar a la altura de los retos, aproveché el tiempo y los recursos disponibles, disfruté el proceso para llegar hasta acá y pude lidiar con la frustración pasajera.
Verificar
Una estrategia personal que, creo, me sirvió mucho para hacer una buena práctica y recibir la oferta de trabajo, fue la de haberme entrevistado con el gerente del proyecto, al menos una vez cada seis meses para recibir consejos y recomendaciones que me permitieran mejorar mi desempeño. Cada entrevista era un momento muy especial, me sentía un poco mal por mis torpezas o errores pero salía feliz de aprender o por ser felicitada.
Al fin y al cabo, alcanzar nuestros sueños también requiere que tengamos indicadores de desempeño, para saber si lo estamos haciendo bien o mal, que mantengamos presentes nuestras metas siguientes, que estemos atentos a cómo va cambiando la situación y que recibamos retroalimentación adecuada.
Ajustar
No obstante, no habría llegado a liderar este equipo si no hubiera hecho muchos cambios durante mi práctica; cambios tan simples como ajustar el horario para estudiar y practicar, para hacer ejercicio, para estar con mis amigas de la Universidad, etc. Y cambios tan radicales, como enfrentarme a situaciones desconocidas, utilizar tecnologías basadas en inteligencia artificial y realizar experimentos verdaderamente arriesgados.
Sistema de control ejecutivo
Un profesional senior del instituto, que trabaja en el Laboratorio de Neurología, alguna vez me dijo que la posibilidad de que hagamos nuestros sueños realidad depende de nuestro “Sistema de Control Ejecutivo”, es decir, de la manera como logremos articular el ciclo de mejoramiento continuo con cuatro dominios de las funciones ejecutivas de nuestro cerebro: establecimiento de objetivos, control atencional, flexibilidad cognitiva y procesamiento de información.
¿Cómo se traducen esos cuatro dominios? Para que no te suene muy raro, simplemente es:
Mostrar iniciativa, anticipar los eventos, formular objetivos y desarrollar los pasos necesarios para lograr los objetivos. Atender de manera selectiva los eventos específicos que tiene relación, favorable o desfavorable, con nuestros objetivos. Cambiar las rutinas cuando sea necesario, aprender de nuestro entorno, ensayar estrategias alternativas, pasar a nuevas actividades, hacer multitarea y memorizar información relevante. Pensar con rapidez, a la par que realizamos nuestras tareas, y ser eficientes en la solución de problemas y en la culminación de nuestras tareas.
Tres funciones ejecutivas
Al fin y al cabo, en la últimas dos décadas los expertos en neuropsicología han evidenciado que las tres funciones ejecutivas que tienen más impacto en el cumplimiento de nuestros proyectos y la realización de nuestros sueños, son: el control inhibitorio, la flexibilidad de nuestra atención y la actualización de nuestra memoria de trabajo.
Dicho en otras palabra, en todo el camino que recorremos desde que tenemos un deseo o un sueño, hasta que lo hacemos realidad, es necesario que:
1. Elijamos nuestras conductas,
2. Seamos capaces de cambiar, tanto como sea preciso, y
3. Hagamos uso de los conocimientos y recuerdos que sean pertinentes”.
Quise contar este extenso relato de una de las más importantes investigadoras del momento porque es una lección magistral que podemos aplicar en la estructuración de nuestras iniciativas, la culminación de nuestros proyectos y el logro de nuestros objetivos para que, de verdad, sucedan cosas buenas en nuestra vida.
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La situación y los personajes son ficticios, con el propósito de ilustrar herramientas conceptuales y administrativas.
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