Cuando triunfa nuestra autorregulación.
Los hijos adolescentes ya no aceptan estar en casa “antes de las 12 de la noche” porque apenas están saliendo a divertirse a las 10 u 11 de la noche… Las reglas van cambiando con las generaciones.
¿Cuáles son las tres reglas más importantes que guían ti vida?, ¿Qué reglas has eliminado?, ¿Con cuáles reglas no estás de acuerdo?
En la Teoría de la Autodeterminación (Deci y Ryan, 2000) la autorregulación y la motivación intrínseca constituyen los componentes más auténticos de la autonomía. Hablemos brevemente de la autorregulación.
La regulación puede entenderse en dos sentidos complementarios (RAE, 2019):
- Ajustar el funcionamiento de cualquier sistema para que cumpla determinados fines.
- Determinar las reglas o normas que debe seguir alguien o algo.
La autorregulación es la “acción y efecto de autorregularse”, es decir, regularse por sí mismo. Por lo tanto, la autorregulación también debe interpretarse en dos sentidos:
- Ajustar nuestro propio funcionamiento y comportamiento para alcanzar determinados fines. Por ejemplo, la autorregulación natural de la homeostasis (para preservarnos a nosotros mismos) y la autorregulación cultural de todos los procesos de planificación (para hacer realidad diversos propósitos).
- Determinar las reglas o normas que debemos seguir en diferentes situaciones. Por ejemplo, nuestra autorregulación al imponernos códigos de conducta (valores, estándares éticos), vestimenta, relaciones, etc., para relacionarnos efectivamente.
Nuestra autorregulación depende tanto de las “leyes naturales” físicas, químicas y biológicas que nos constituyen como seres vivos, así como de las “leyes culturales” de los procesos psicológicos y sociales que hemos desarrollado, que nos constituyen como seres sociales.
Es decir, estos dos sentidos de la autorregulación no son excluyentes sino complementarios porque necesitamos autorregularnos, dado que, aún como individuos, somos sistemas vivos inmersos en sistemas complejos (familia, escuela, sociedad), viviendo, sobreviviendo y conviviendo, a la par que perseguimos objetivos, sueños y aspiraciones propias y compartidas.
Cuando nos autorregulamos con flexibilidad, descubrimos la capacidad que tienen las reglas para liberarnos y ayudarnos a volar.
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