sábado, 2 de febrero de 2019

¿Desafíos? No hay nada qué temer

Crecemos en proporción a nuestros desafíos. 


El Super Bowl define el campeón anual de la Liga de Futbol Americano (NLF); es uno de los desafíos deportivos que mueve más espectadores en el mundo y billones de dólares. En la versión 2019, Los Angeles Rams desafían a los New England Patriots, en un juego que será emocionante. 


¿Cuáles desafíos estás enfrentando?, ¿Cuáles desafíos ya superaste con éxito?, ¿Cuál es el desafío que más te ha hecho crecer? 

Es natural que las personas, o los grupos, experimentemos cierta tensión ante las circunstancias del ambiente; nuestros recursos, habilidades y capacidades, en un momento dado, pueden ser insuficientes para las condiciones del entorno, los cambios o los peligros. 


Sin embargo, somos el resultado de un proceso evolutivo de millones de años, que nos ha dotado de las competencias para relacionarnos eficazmente con nuestro medio, aprender y crecer. 

Nuestra ventaja evolutiva puede manifestarse como una creciente capacidad para vivir nuevos desafíos, la que asusta a los padres cuando su pequeño hace cosas peligrosas en el parque o cuando el adolescente se expone a situaciones de riesgo, sin evaluar las potenciales consecuencias. 


Esta capacidad para aceptar, manejar y buscar nuevos desafíos, sin duda ha sido un factor muy importante en nuestra cultura: las artes, la filosofía, las ciencias, la tecnología y las diferentes disciplinas se han desarrollado gracias a la determinación de muchas personas para asumir los desafíos de su vida. 

De manera específica, el juego es una actividad que facilita la socialización, el aprendizaje, el desarrollo intelectual y emocional, porque genera constantes desafíos para las capacidades individuales y colectivas. 


Sin esos desafíos, tendríamos una capacidad mucho menor para adaptarnos al ambiente y para hacernos mejores en el arte de vivir. 

El deseo de buscar y enfrentar nuevos desafíos, aquéllos que nos exigen lo mejor de nosotros mismos, porque superan nuestras capacidades y nos sacan de nuestra zona de confort, es una tendencia natural en todos nosotros. 


Frente a las dificultades y los obstáculos:
1) Identifiquemos los desafíos que ya hemos superado con éxito (llenémonos de confianza).
2) Distingamos aquellos desafíos que nos invitan a crecer y a desarrollar nuestras habilidades (cultivemos nuestra esperanza). 

Estos últimos, son un regalo y un sazonador de la vida, para hacerla más sabrosa, si los acogemos con serenidad y autodeterminación. 

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