sábado, 4 de mayo de 2019

¿Podríamos sobrevivir sin intereses?

Pueden guiar nuestra vida y felicidad. 


Imagínate que estás visitando a alguien y te ofrecen algo de tomar. ¿Prefieres café, té, agua aromática, agua pura, gaseosa o una cerveza? 


Ahora piensa que llegó el fin de semana. ¿Prefieres leer un libro en casa, ver series, salir al parque, a un centro comercial, ir al cine, ir al bar o a la discoteca? 

Si planearas tus vacaciones y tuvieras bastante dinero ahorrado. ¿Prefieres un hotel de lujo, un recorrido por sitios exóticos, un crucero, un tour guiado por muchos países? 

¿Cuáles son tus intereses?, ¿Qué lugar ocupan tus intereses en lo que haces actualmente?, ¿Cómo podría aprovechar tus intereses para vivir mejor? 


Nuestras preferencias en la toma de decisiones, con frecuencia pueden estar relacionadas con nuestros intereses. Los intereses matizan nuestra personalidad, canalizan nuestro proceso de autoformación e influyen en muchas elecciones que hacemos, tanto en la vida cotidiana como en la aplicación de nuestros talentos, conocimientos y habilidades. 

Por ejemplo, el oficio o la profesión que elegimos o con que soñamos, con frecuencia, pueden estar relacionados con nuestros más preciados intereses. 


Los intereses, por no tener un carácter coercitivo, suelen considerarse un importante indicador de la individualidad. 

El interés, en cuanto es un objeto de estudio de algunas teorías psicológicas, puede considerarse un factor de la motivación por su efecto selectivo y su relación con el proceso de atención: el interés es “la atención latente, mientras la atención es el interés en acción”. (Dougall, citado por Galimberti, 2002). 


Lo propio del interés es revestir las situaciones, las oportunidades o los objetos de nuestro entorno, de algún grado de atracción. En este sentido, decimos que algo nos atrae o nos repugna. 

Como consecuencia de la atracción o de la aversión que experimentamos hacia algo, podemos actuar con apetito (interés positivo) o repulsión (interés negativo) hacia eso. 


El interés es un factor de la motivación, debido a la relación que tiene con la atención y la dinámica atracción-repulsión. Por esto, es muy importante identificar y hacer valer nuestros intereses intrínsecos, es decir, aquéllos que tienen suficiente “fuerza” en nosotros como para atraernos por sí mismos. 

Un interés intrínseco es aquel que involucra la realización de actividades que disfrutamos, es decir, nos atrae por lo que experimentamos al realizar tales actividades sin necesitar recompensas o justificaciones. 


En la Teoría de la Autodeterminación, el interés intrínseco es un concepto importante por su eficacia operativa en la motivación (recordemos atención latente y atención en la acción) y el desarrollo autónomo de las personas. 

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