sábado, 18 de mayo de 2019

La socialización no sucede en la infancia [exclusivamente]

Impacto de la socialización en nuestra vida. 


Los padres de familia que hacen todo lo posible para que su hija venza la timidez y juegue con otros niños, aquéllos que luchan por “desconectar” a su hijo adolescente para que participe de la vida familiar o quienes se preocupan por la mala conducta de los jóvenes, hacen algo similar. 


¿Cuáles son los grupos más gratificantes para ti?, ¿Qué normas tienen esos grupos?, ¿Cómo han influido para tu crecimiento personal? 

La socialización se refiere al conjunto de relaciones de comunicación e influencia entre las personas que integran grupos determinados: familia, escuela, vecindario, equipo, organización, etc. 

Inicia con la gestación y se extiende a lo largo de la vida; incluye interacciones de crianza, educación, culturización (ideología, religión, moral, ética, costumbres, etc.), trabajo, participación política y uso del tiempo libre. 


Tales relaciones e interacciones influyen notablemente en la identidad, conciencia y el comportamiento de las personas y la dinámica de cada grupo. 

En la socialización se cumplen principalmente dos funciones: 

Nutritivas: relaciones e interacciones que contribuyen a la satisfacción de las necesidades (alimento, cobijo, amor), aspiraciones (objetivos, sueños, proyectos) y deseos de las personas; generalmente, son gratificantes porque ayudan a recobrar y mantener la vida y las condiciones favorables. 


Normativas: relaciones e interacciones que favorecen la interiorización de las reglas y el ajuste a las diferentes realidades y situaciones de las personas; usualmente son frustrantes porque implican negativas (“no es posible”; “no se puede”), esperas (“todo necesita tiempo”, “debes ser paciente”), aceptación de límites (“no debes hacer esto o aquello”). 


Estas dos funciones, nutritiva y normativa, son importantes en todos los escenarios de socialización a lo largo de la vida: las personas satisfacen las más variadas necesidades y en los diferentes grupos se establecen normas que determinan o influyen el comportamiento de los individuos. 


En este sentido, podemos decir que existe una dinámica específica de la socialización, en lo que respecta a la autonomía de las personas y la regulación de su comportamiento; esta dinámica la podemos describir con ocho eventos, que tienden a repetirse como un ciclo (Consuegra, 2010): 


1) Descubrimiento del otro (madre, padre, profesor, policía, supervisor) con capacidad para gratificar o frustrar al individuo. 

2) Experiencia de límites, debido a la negación o espera de la satisfacción buscada por el individuo. 

3) Enunciación de la norma, explícita o implícita, con o sin racionalización, en la que se basa o se modela el límite. 

4) Enunciado de los riesgos de la transgresión de la norma o de traspasar el límite establecido. 

5) Conducta del otro que vela por el cumplimiento de la norma y por la sanción cuando hay transgresión de normas o límites. 

6) Comunicación y conductas para mantener el vinculo afectivo, la función nutritiva, más allá de la norma y a pesar de la sanción por la transgresión. 

7) Internalización de la norma, y los límites, para que ella actúe en forma de control autónomo, sin la presencia del otro controlador. 

8) Proyección del aprendizaje social obtenido al interior de cada grupo hacia otros ámbitos de la vida de las personas. 


En resumen, la socialización es un proceso propio de la condición humana, sucede a lo largo de la vida y está constituida por las mutuas influencias entre individuos y grupos sociales, ejerciendo un importante papel en la satisfacción de las necesidades y en la regulación del comportamiento. 

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