La importancia de interiorizar las reglas.
Vivimos en un mundo lleno de reglas: no puedes hacer esto o aquello; sigue las instrucciones; cumple con los procedimientos; desarrolla los hábitos de la efectividad; haz tantas series con tantas repeticiones; haz tales cosas para ser feliz…
¿Qué es lo que más te gusta hacer?, ¿Cuáles reglas sigues?, ¿Qué actividades realizas sin tener en cuenta reglas?
Las reglas constituyen un componente importante de nuestra vida: muchas de las cosas que hacemos o dejamos de hacer, revelan reglas que hemos adoptado voluntariamente o involuntariamente.
Las reglas pueden expresarse en forma de preceptos religiosos, morales o éticos; principios ideológicos, políticos, económicos; instructivos, procedimientos, métodos o políticas; creencias, costumbres, ideas, preferencias, gustos; de muchas maneras pero, al fin y al cabo, reglas.
Nuestra aceptación de las reglas o normas puede variar entre dos extremos: el rechazo radical o la autorregulación. Estos extremos pueden estar conectados por diferentes grados de seguimiento o cumplimiento, es decir, interiorización de las reglas, por parte de las personas (Ryan y Deci, 2000):
Regulación externa
La regla externa controla nuestra conducta y se asocia, generalmente, a la promesa de una recompensa o a la advertencia de un castigo.
Regulación introyectada
La regla es adoptada por nosotros, para evitar la culpa o la ansiedad o para demostrar nuestra capacidad y evitar el fracaso, pero no la reconocemos como algo propio.
Regulación identificada
La regla es aceptada como personalmente importante, por el valor social del comportamiento o para la obtención de metas.
Regulación integrada
La regla es hecha propia, aceptada de manera íntima y con un sentimiento de elección personal, porque la percibimos compatible con nuestra identidad y congruente con nuestros valores y necesidades.
Los grados de interiorización de las reglas están asociados con los diferentes grados de la conducta motivada. Por ejemplo, la conducta automotivada está asociada a la regulación integrada.
También, su interiorización puede estar influida por las interacciones de algunos factores del contexto externo con nuestras necesidades psicológicas. Veamos:
- Ambientes flexibles, enfocados en subrayar los motivos para las reglas y su aplicación, en fortalecer el criterio personal y en facilitar que las personas descubramos diferentes maneras de observar y aplicar las reglas, interactúan con nuestra necesidad de autonomía.
- El significado social de las reglas, el apoyo para sentirnos relacionados, la experiencia de sentirnos perteneciendo y conectados con otros, interactúan con nuestra necesidad de relación. Por ejemplo, Ryan, Stiller, y Lynch (1994) mostraron que los niños que habían interiorizado más la regulación para mostrar conductas positivas relacionadas con el ambiente escolar, eran los que se sentían firmemente conectados con sus padres y maestros y cuidados por estos.
- El grado de complejidad del comportamiento reglado, la posibilidad de desarrollo y aprendizaje de las conductas necesarias, la obtención de resultados satisfactorios con el cumplimiento de la regla y la posibilidad de sentirnos más eficaces, interactúan con nuestra necesidad de competencia.
En resumen, la educación, la administración y la política podrán ser más eficaces en la regulación de las personas, en la medida de que logren crear ambientes positivos que contribuyan a la satisfacción de nuestras necesidades de autonomía, relación y competencia.
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