sábado, 9 de marzo de 2019

Atrévete a vivir con creatividad

Todos podemos ser muy creativos. 


Los niños pequeños tienen una forma “única” de hacer sus dibujos, contar ocurrencias o imaginar mundos distintos; tú también tienes una forma “única” de pensar, hablar, sentir o relacionarte. 


¿Cómo es tu creatividad?, ¿En qué ocasiones eres creativo?, ¿Cómo cultivas tu creatividad? 

La transformación de servicios tradicionales en nuevas industrias, muchas veces, soportada en plataformas compartidas por proveedores y clientes: el taxi en Uber, la hotelería en Airbnb, la mensajería local en Rappi, es un ejemplo de creatividad humana. 

De manera general, la creatividad puede definirse como cualquier proceso adaptativo al entorno, caracterizado por la originalidad en la realización de algunas actividades o la producción de determinados resultados (Consuegra, 2010). 

Con frecuencia, no somos originales en nuestras actividades o resultados, cuando estudiamos, trabajamos, hacemos ejercicio, cultivamos un arte o participamos en la sociedad. Pero todas las personas podemos actuar con creatividad porque, más que una característica de personalidad, la creatividad es un proceso de pensamiento que puede aplicarse a determinados campos de nuestra vida. 

Entendida como un proceso de pensamiento, la creatividad consiste en establecer nuevas relaciones entre los conceptos o los objetos, que genera cambios significativos y transformaciones (Galimberti, 2002). 

Por ejemplo: 

El propietario de un automóvil particular está acostumbrado a transportar familiares, amigos y conocidos, pero alguien descubrió una relación entre los usuarios de transporte público y el automóvil estacionado en el garaje. 

Muchas personas suelen brindar alojamiento temporal a sus familiares o amigos, pero alguien descubrió una relación entre los viajeros con escaso presupuesto y una habitación disponible en tu vivienda. 

Algunos restaurantes despachan sus comidas a domicilio, pero alguien descubrió una relación entre los negocios que no atienden domicilios y jóvenes desempleados dispuestos a movilizarse en bicicleta. 

En este sentido, todos tenemos la capacidad y la posibilidad de encontrar nuevas relaciones entre los conceptos o los objetos que manejamos en el estudio, trabajo o tiempo libre, porque la creatividad es una tendencia natural en el ser humano y una expresión del vivir. 

De hecho, cada nuevo día tenemos la posibilidad de repetir las actividades, decisiones o relaciones de los días anteriores o la de empezar nuevas actividades, tomar decisiones distintas o cultivar otras relaciones. 

Tal vez, en el pasado, se insistió en la creatividad como un estilo de pensamiento privilegiado o una característica de personalidad de unos pocos; la verdad es que determinadas condiciones educativas o sociales pueden sofocar la natural creatividad de los seres humanos o pueden potenciarla. 

En el caso de los padres de familia, educadores, empresarios o dirigentes, es importante reconocer que la creatividad prospera y se libera en ambientes de autonomía, donde el individuo puede satisfacer sus necesidades psicológicas y tiene la oportunidad de realizar actividades que le interesan y motivan (Deci & Ryan, 1991). 

En cambio, los ambientes excesivamente controladores, dificultan el procesamiento conceptual y creativo en el aprendizaje (Sheldon, Ryan, Rawsthorne, & Ilardi, 1997). 

En conclusión, podemos decir que necesitamos tener una actitud positiva hacia nuestra propia creatividad, de manera que potenciemos la realización de nuestras tareas diarias y aprovechemos oportunidades que nos ofrece el diario vivir; igualmente, para que fomentemos en nuestros hijos, estudiantes o colaboradores, ese enorme capital humano llamado creatividad. 

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