Algunas aplicaciones en la atención psicológica.
“Realidad virtual” e “inteligencia artificial” son expresiones frecuentes para indicar características o funcionalidad de los dispositivos inteligentes que usamos o tenemos en casa.
¿Qué opinas de la realidad virtual?, ¿Y de la inteligencia artificial?, ¿cuáles son sus beneficios psicológicos?
Por considerarlo de interés, presento una versión libre del apartado “RV, IA y aplicaciones” de un artículo traducido como “La Era de la Ciberpsicología: un Panorama General” (Ancis, 2020), acotado a la aplicación clínica y educativa.
Realidad virtual
La Realidad Virtual (RV) es una interfaz persona-computadora que permite a los usuarios sumergirse en escenas virtuales -un entorno virtual (EV) similar al del mundo real-, mediante gráficos y sonidos generados por computación y pantallas, audífonos y otros dispositivos de entrada sensorial, con los cuales las personas actúan y responden a los eventos y situaciones virtuales como si fueran reales.
Las experiencias de exposición a través de inmersión en realidad virtual brindan la oportunidad de:
- Activar emociones y respuestas conductuales
- Modificarlas según sea necesario
- Variedad de fobias: a las alturas, a volar, a las arañas, a los espacios pequeños, a las tormentas, etc. (Botella et al., 2000; Miloff et al., 2019).
- Manejo del estrés en pacientes físicamente enfermos (Schneider y Workman, 1999).
- Traumas y Desorden de Estrés Postraumático (Gerardi et al., 2008; Rizzo et al., 2014 ; Rothbaum et al., 2001)
- Alteraciones de la imagen corporal y trastornos alimentarios (Ferrer-García et al.,2017; Riva y Melis, 1997).
- Reducción del dolor (Hoffman et al.,2000; Wiederhold et al., 2014).
- Manejo de la ansiedad y de los síntomas depresivos (Carl et al., 2019; Deng et al., 2019).
- Desarrollo de habilidades en varios contextos:
- Mejora de la resistencia al estrés, interacciones interculturales y habilidades de negociación y liderazgo en militares norteamericanos en servicio activo (Rizzo y col., 2011).
- Mejora de ansiedades en la comunicación interpersonal como, por ejemplo, en niños con autismo (Herrera et al., 2008; Strickland, 1997) o individuos con síndrome de Asperger (Cobb y col., 2002).
- Práctica de habilidades cognitivas o conductuales aprendidas (Amichai-Hamburger et al., 2014).
- Atención y observación para la evaluación de situaciones (Rizzo et al., 2001).
- Habilidades espaciales (McComas y col., 1998)
- Habilidades de cognición ejecutiva (Pugnetti et al., 1998).
- Habilidades sociales (Harvey et al., 2019) y de comportamiento interpersonal e intergrupal (Tawa, 2017).
Inteligencia artificial
Los sistemas de inteligencia artificial son productos informáticos que resuelven problemas o funcionan, evocando procesos intelectuales o conductas de los seres humanos.
Los avances en IA se han aplicado a la entrega de productos relacionados con servicios de apoyo:
- SimCoach, por ejemplo, brinda una oportunidad para que militares o exmilitares norteamericano reciban cuidados personales a través de un agente humano virtual, interactivo y en línea. Los agentes humanos virtuales (Bill o Ellie) pueden escuchar, dar consejos, proporcionar enlaces a recursos o contar una historia relacionada con la experiencia del participante.
- La Roboterapia (Libin y Libin, 2004) o la terapia asistida o mejorada con robots es “el uso de robots en un marco de la psicoterapia basada en la evidencia… para ayudar… a los psicoterapeutas a lograr sus funciones y objetivos clínicos” (David et al., 2014).
- Los robots y la terapia asistida por robot tienen el potencial de diagnosticar y mejorar las habilidades sociales de niños diagnosticados con trastorno del espectro autista (Esteban et al., 2017; Goodrich y col., 2012; Ramírez-Duque et al., 2020; Thillet al., 2012).
- El robot Paro se utiliza actualmente en hospitales pediátricos e instalaciones para el cuidado de ancianos, para ayudar a mejorar el estado de ánimo de los usuarios, haciéndolos más activos y comunicativos, interactuar con los demás y con los cuidadores (Bemelmans et al., 2012), y reducir el estrés de los usuarios mayores con efectos a largo plazo (Robinson y col., 2013; Wada et al., 2004).
Se puede predecir que el desarrollo de sistemas humanos virtuales creíbles conducirá a una serie de alternativas educativas y servicios terapéuticos. Algunos han propuesto crear robots que sean capaces de operar de forma autónoma en el futuro (Esteban et al., 2017). Asegurarse de que los psicólogos sigan participando en este trabajo es fundamental para el desarrollo e implementación de aplicaciones eficaces y éticas.
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Esta publicación es una traducción no literal de una parte de:
Ancis, J. R. (2020). The age of cyberpsychology: An overview. Technology, Mind, and Behavior, 1(1), 1–15. https://doi.org/10.1037/tmb0000009
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