domingo, 29 de noviembre de 2020

La salud mental es un estado dinámico frágil

Ajeno a las etiquetas de enfermedad, desorden o problema mental. 


“Sufre de depresión crónica”, “tiene trastorno bipolar”, “es un esquizofrénico”, “tiene trastorno obsesivo compulsivo”, “es un adicto”, son algunas etiquetas que hacen parte ya de la cultura popular. 

¿Cómo manejamos el estrés?, ¿cómo afrontamos el sufrimiento?, ¿cómo nos recuperamos mentalmente? 

Un diagnóstico de enfermedad mental impone una carga social y emocional sobre el paciente, bien sea que aluda a un “trastorno” o un mero “desorden”. De hecho, hay muchas voces en la psicología y en la psiquiatría que proponen eliminar el concepto de enfermedad mental. 

Tal vez, sea más provechoso para el desarrollo de la ciencia y beneficioso para el paciente, hablar de salud mental. 


El concepto de salud mental tiene, como telón de fondo, el concepto de salud en general, propuesto por un grupo de expertos que la definió como “la capacidad de adaptarse y manejar los desafíos físicos, emocionales y sociales que se presentan durante la vida” (2011). Incluso, la ya envejecida definición de salud de la OMS: “un estado de completo bienestar físico, mental y social” (1948). 



En el terreno específico de la salud mental, cada definición tiene un acento particular, pero son compatibles conceptualmente. Veamos: 

El Ministerio de Salud de Colombia afirma que la salud mental es “un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y la interacción de manera tal que permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida cotidiana, para trabajar, para establecer relaciones significativas y para contribuir a la comunidad” (2003). 

Destaquemos algunos componentes de esta definición: 

Estado dinámico: 


Las personas tenemos sucesivos modos de ser o estar en las cambiantes situaciones y circunstancias, cada día o a lo largo de nuestra vida. 

Por definición, cualquier estado puede cambiar, según las condiciones del entorno, y la expresión “dinámico” subraya este carácter de la salud mental. 

Por eso, una etiqueta de enfermedad, trastorno o desorden mental debe ser usada con mucha prudencia. 

Expresado como comportamiento e interacción: 


El modo de ser o estar lo manifestamos a través de nuestros comportamientos, incluso los no observables, y la manera como interactuamos con los demás. Es decir, nuestro modo de existir también es el resultado de nuestras competencias o capacidades para afrontar la vida. 

En este sentido, la OMS sostiene que en la salud mental “ la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida”. 

En el que se pueden desplegar los recursos: 


Individuos y colectivos utilizamos y manifestamos nuestros recursos cognitivos, emocionales y conductuales, en lo que hacemos en cada momento y la manera como nos relacionamos con los demás. 

Bircher & Kuruvilla (2014), a partir del modelo de Meikirch de salud (2011), se refieren a las interacciones entre los potenciales biológicos y personales del individuo y las demandas de su vida, en el contexto de los determinantes sociales y ambientales. 

En la vida cotidiana, el trabajo, las relaciones significativas y la contribución a la comunidad: 


Tales recursos son manifestados y puestos en acción en las diferentes áreas de nuestra interacción con los demás y con el medio que conforma nuestra situación: nuestra vida cotidiana, estudio, trabajo, relaciones importantes y servicio a los demás. 

En lugar de imponer etiquetas acerca de supuestos problemas mentales, trabajemos por una sociedad en la que todos tengamos o recuperemos la salud mental a lo largo de nuestra vida. 

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domingo, 22 de noviembre de 2020

Transformación digital y otras fuerzas poderosas

Doce problemas u oportunidades de actualidad. 


Zoom, Google Meet, Teams, Facebook Messenger, Skype y otras plataformas de comunicación, colaboración y aprendizaje, son soluciones que ya son parte de nuestra vida cotidiana, porque están relacionadas con la Transformación digital. 

¿Cuáles son los problemas más graves?, ¿qué soluciones se requieren?, ¿cómo puedes aprovechar las tendencias a tu favor? 

Nuestro proyecto de vida, individual o colectivo, puede ser favorecido u obstaculizado por alguna de las cinco poderosas fuerzas a las que ya hicimos alusión en publicaciones anteriores. 

Estas fuerzas generan cambios en el comportamiento de las personas, comunidades y naciones, que pueden ser vistos como oportunidades y problemas. Cuando un cambio tiene el doble carácter de oportunidad y problema, lo podemos formular como una solución. 

En esta publicación vamos a enunciar algunos problemas contemporáneos, en relación con la fuerza que podría ser más determinante y respecto de ellos, indicaremos algunas soluciones (oportunidades de resolver problemas). 

A continuación, debajo de cada fuerza enunciaremos los problemas y algunas situaciones asociadas que tienen el doble carácter de problema y oportunidad. 

Fuerza Somos una especie dinámica: 


Envejecimiento de la población: autocuidado, asistencia, educación continuada, servicios de salud y oportunidades laborales. 

Urbanización: hacinamiento, tráfico automotor, contaminación, delincuencia, anonimato, atención social, desarrollo del campo. 

Morbilidad: atención hospitalaria, promoción e investigación de salud. 

Fuerza Desigualdades sociales: 


Pobreza: derechos humanos, educación, atención social, solidaridad y organización comunitaria. 

Desempleo: trabajo digno, seguridad social, soluciones para la formación y actualización de competencias. 

Corrupción: control de los recursos públicos, desarrollo moral, efectividad de la justicia. 

Migraciones: atención de población flotante, deterioro social y urbanístico, xenofobia, conservación cultural. 

Estados desbordados: administración pública, justicia, seguridad, defensa, servicios públicos y sociales. 

Fuerza Tensiones geopolíticas: 


Posverdad: ética estadística, calidad de la información, responsabilidad de los medios masivos de comunicación y redes sociales, democracia, participación ciudadana. 

Armamentismo: riesgos, información de inteligencia, alianzas internacionales, guerras locales, conflicto global. 

Fuerza Planeta frágil: 


Cambio climático: combustibles fósiles, disposición de residuos, tecnologías limpias, calentamiento global, comportamiento del clima, fenómenos estacionales, plagas, preservación de recursos naturales, biodiversidad, economía circular, deforestación. 

Agotamiento de recursos: explotación racional, cultura ecológica, disponibilidad de alimentos, agua dulce. 

Una quinta fuerza es la Transformación digital, apoyada por los progresos de las ciencias matemáticas, lógica, computación y nuevos materiales. Si bien genera algunos problemas específicos, podemos verla como una fuerza que puede ayudar a desarrollar e integrar soluciones a los problemas, que hemos enunciado en esta publicación y muchas otros que se pueden localizar en estudios más detallados. 


De hecho, la transformación digital con sus tecnologías internet de las cosas, inteligencia artificial, computación en la nube, entre otras, está acelerando la experimentación y puesta en práctica de muchas soluciones a los principales problemas de nuestro tiempo, dado que es una fuerza que puede ser aprovechada por emprendedores, individuos, colectivos, empresas de todos los tamaños y Estados. 

En conclusión, nuestro proyecto de vida puede ser desafiado por alguna de las cinco poderosas fuerzas pero, sin duda, la fuerza de la Transformación digital influirá notablemente en la implementación de soluciones efectivas a nuestro problemas. 

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viernes, 13 de noviembre de 2020

Cinco grandes cambios [casi] universales

Las fuerzas que modelan nuestra existencia. 


Avances electrónicos, inventos y descubrimientos, desigualdades sociales, tensiones internacionales y la fragilidad de nuestro planeta, ocupan muchas portadas, noticieros y periódicos. En medio de todo, estamos los seres humanos con nuestros proyectos personales. 

¿Qué le da sentido a tu vida?, ¿tienes un proyecto de vida propio?, ¿cuáles fuerzas juegan a tu favor? 

Hay personas que “se han hecho a pulso”. Son jóvenes y adultos que pusieron todo su empeño en ser lo que podían ser y para ello tuvieron que superar las circunstancias adversas. 

Para esas personas, las circunstancias adversas podrían haber funcionado como potentes fuerzas que los mantuvieran en una situación de desventaja, pero eligieron utilizarlas a su favor. 

Así como las personas que “se han hecho a pulso”, podemos hacernos a nosotros mismos durante cada jornada, desde el momento en que despertamos hasta que volvemos a dormir; si un día “nos hacemos a pulso”, siguiendo nuestra conciencia y valores, ese día habremos tenido una “existencia propia”, como lo explicamos en otra publicación. 

“Hacernos a pulso” cada día puede estar influido por las fuerzas principales que podemos detectar en nuestro mundo; pueden jugar a nuestro favor o ir en contra nuestra pero, sea lo que sea, debemos conocer y reflexionar sobre tales fuerzas, para descubrir y aprovechar oportunidades a favor de nuestro propio proyecto de vida. 

Hay cinco fuerzas o cambios que están presentes en todas las sociedades y que se mantienen a largo plazo: 

Transformación digital: entre lo real a lo virtual 


Nuestra vida está siendo “digitalizada”, es decir, mediada por programas computacionales, recursos en internet y dispositivos que los ponen a nuestro servicio. 

Hoy en día, nos divertimos, nos comunicamos, compramos y vendemos, creamos, innovamos, estudiamos, trabajamos, hacemos ejercicio, meditamos y viajamos, valiéndonos de herramientas digitales. 

Hemos podido afrontar de mejor modo la pandemia gracias a la disponibilidad de información y el desarrollo de productos amigables y eficaces para aprender a vivir en la “nueva normalidad”. 

Especie dinámica: entre lo conocido a lo desconocido 


Siempre estamos en búsqueda. Los seres humanos estamos presentes o nos movemos por casi todos los lugares de nuestro planeta, cambiamos nuestro estilo de vida y nos adaptamos, a la larga, para sobrevivir en cualquier ambiente. 

Adoptamos diversas costumbres, perspectivas e identidades que van cambiando con el tiempo y que, con frecuencia, resultan chocando con las de otras personas, sobre todo, cuando pertenecemos a culturas distintas. 

Desigualdad social: entre la carencia al despilfarro 


Las condiciones de vida, la disponibilidad de recursos, el acceso a los servicios básicos y la cobertura de los derechos humanos, son muy diferentes para todos. 

Hay brechas sociales, educativas y económicas entre los países, poblaciones e individuos, que representan muchos riesgos para la mayoría de nosotros y plantean inmensos retos para las sociedades. 

Tensiones geopolíticas: entre la paz a la guerra 


La lucha por tener más poder, por lograr una posición ventajosa, por monopolizar el acceso a determinados recursos o por imponer la propia perspectiva, está presente en casi todas las culturas y definen, muchas veces, alianzas, acuerdos comerciales, metas de desarrollo y, en general, la manera como se relacionan los estados. 

Planeta frágil: entre el paraíso y el cataclismo 


La atmósfera, la geografía, los recursos naturales y el clima están en constante transformación como resultado de la naturaleza misma, la acción del hombre y circunstancias fortuitas. 

Una creciente conciencia de las amenazas que se ciernen sobre nuestro planeta caracteriza muchas de nuestras conversaciones, aunque no está no exenta de controversias. 

En resumen, la transformación digital y de los más variados aspectos de la vida humana, las desigualdades y tensiones en nuestra sociedad y la fragilidad de nuestro planeta, constituyen las principales fuerzas que están modelando nuestra existencia y dan sentido a nuestros proyectos. 

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Nota: Las fuerzas están basadas en https://www.ipsosglobaltrends.com/category/trends/

domingo, 8 de noviembre de 2020

El placer de una existencia auténtica

Fuerzas, tendencias y señales que influyen en nuestra vida. 



El equilibrista está en una pequeña plataforma a 10 metros de altura y se dispone a caminar por un delgado cable para llegar al otro lado… Todos guardan silencio bajo la carpa del circo. 

¿Cuál es tu reto cada día?, ¿qué te favorece?, ¿qué va en tu contra? 

Cada mañana, al levantarnos, tenemos una misión muy parecida a los equilibristas del circo: ir hasta el otro extremo de la cuerda floja que, en nuestro caso, es llegar al final del día con la satisfacción de haber vivido auténticamente. 

Cada día realizamos, o no, nuestro proyecto de vida que se debate entre dos polos: ser lo que somos y podemos ser (lo que podemos llamar: “tener una existencia propia”) o ser lo que nos dicte la opinión colectiva o ajena (lo que podemos llamar: “tener una existencia impropia”). 

Si al llegar el final del día, nuestra conciencia nos dice que actuamos con autonomía, fortalecimos nuestras competencias y cuidamos nuestras relaciones significativas, podremos saborear el gusto de la existencia serenidad y la felicidad, que son la consecuencia de una “existencia propia”. 


Por el contrario, si nuestra conciencia nos dice que nos dejamos llevar por las opiniones predominantes o de los demás, sacrificando la nuestra, tendremos que aceptar que tuvimos una “existencia impropia” o ajena, ese día. 

Pero, incluso, un día con una “existencia impropia” puede ser la oportunidad para recuperar nuestro proyecto de vida de vivir una vida auténtica, si tomamos conciencia de cuáles fuerzas o señales ajenas influyen en nuestras actitudes o valores, impulsándonos a ser lo que somos y podemos ser o anclándonos en lo impersonal. 

Por «fuerzas» nos referimos a los cambios que están presentes en todas las sociedades y que se mantienen a largo plazo; por el contrario, por «señales» entendemos los cambios en algunas poblaciones o sectores de la sociedad y que se presentan en el corto plazo. 


A lo largo del día, somos influidos por «tendencias», es decir, actitudes y valores que resultan de la interacción entre esas «fuerzas» macro (cambios a gran escala) y algunas «señales» particulares (cambios a pequeña escala) en nuestras circunstancias particulares a lo largo del día. 

Dependiendo de tales circunstancias particulares (el aquí y el ahora de cada uno), las tendencias pueden jugar a nuestro favor o en contra de nuestro proyecto de vida. 

En las próximas publicaciones veremos cuales son las principales fuerzas y algunas tendencias asociadas a ellas. 

Por ahora, tengamos presente que si queremos terminar cada día con la convicción de haber tenido una existencia propia, debemos haber actuado de acuerdo con nuestros valores y no en función de actitudes y valores ajenos.

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Nota: el autor ha adaptado algunos conceptos de https://www.ipsosglobaltrends.com/category/trends/