Lecciones del futuro para proteger nuestra autonomía.
Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia.
¿En qué cosas eres autónomo?, ¿Cómo se ha afectado tu autonomía?, ¿Qué puedes hacer para preservarla o recuperarla?
Año 2050. Diminutas máquinas autorreplicantes están invadiendo el mundo, a gran velocidad, constituyéndose en la peor amenaza para la humanidad.
No se sabe de dónde provienen pero sí hay evidencia de que estas microscópicas máquinas inteligentes fabrican copias de sí mismas, usando materias primas del ambiente, especialmente de los “cementerios” de residuos químicos peligrosos dispersos por todo el planeta.
Al parecer, son máquinas portadoras de una peligrosa toxina que asfixia a todos los ciudadanos, por igual, y provoca daños neurológicos, entre los sobrevivientes.
Ante semejante peligro, la Junta de Gobierno Global envía a las seis Autoridades Regionales de todo el mundo, la orden taxativa de
“que los Estados Miembros refuercen las actividades de vigilancia para detectar de forma temprana los casos sospechosos (…)”.
Como respaldo a lo decretado y con el argumento de “salvar vidas”, el Gran Fondo Económico Mundial destina una cuantiosa suma para:
“Crear sistemas para la vigilancia comunitaria (…) en tiempo real y a través de enfoques proactivos de participación ciudadana basados en evidencias”.
En lenguaje directo, La Junta de Gobierno Global con los recursos económicos a su disposición, ordena restringir, aún más, las libertades individuales y reportar todo movimiento, ubicación y contacto interpersonal, en tiempo real.
Inmediatamente, los seis gobernantes Regionales, tres mujeres y tres hombres en un sistema paritario, dan las instrucciones a sus equipos de gobierno para que integren todos los potentes recursos de inteligencia artificial en un único sistema de información planetario.
El mundo parece unirse nuevamente para enfrentar la gran amenaza.
Todos los gobiernos locales, algunos actuando con celeridad y otros con pasmosa lentitud, establecen drásticas medidas de bioseguridad y estructuran severos protocolos, en respuesta a las instrucciones de su Autoridad Regional.
Consecuentemente, amparados en la emergencia de seguridad sanitaria a nivel global, cada gobierno local asigna nuevas responsabilidades a sus ciudadanos e implementa sistemas de monitoreo individualizados para la totalidad de la población.
Por ejemplo, el gobierno local en nuestra Región, indica que por la necesidad del urgente Sistema de Control Individual, todas las industrias y servicios deben implementar los siguientes controles:
Primero, “(…) establecer mecanismos de seguimiento y monitoreo y autocontrol de esta actividad en todos los sitios de trabajo”.
Segundo, “(…) identificar las condiciones de salud (…) (estado de salud, hábitos y estilo de vida, factores de riesgo asociados a la susceptibilidad (…), así como las condiciones de los sitios de trabajo a través de visitas de inspección periódicas”.
Tercero, “Establecer un sistema de verificación para el control en el momento de la notificación positiva (…) en el que (…) registren todas las personas y lugares visitados dentro y fuera de la operación, indicando: Fecha, lugar, nombre de personas o número de personas con las que se ha tenido contacto, (…)”.
Y cuarto: “Establecer el canal de información (…) para que informe cualquier sospecha de síntoma o contacto estrecho con personas confirmadas (...)”.
En resumen, ningún ciudadano escapa a la facultad de control, inspección y vigilancia que tiene nuestro gobierno local.
Igualmente, en función del Plan de Comunicaciones, el gobierno local ordena:
“(…) divulgar las medidas contenidas en esta circular y la información sobre generalidades y directrices dadas (…)”.
“Brindar mensajes continuos a todos los trabajadores y demás personal (…). Se deben utilizar medios de comunicación internos, mensajes por alto parlantes, protectores de pantalla de los computadores, aplicaciones digitales (…).
“Realizar charlas informativas periódicas (…) respecto de la implementación de medidas de prevención (…), uso adecuado de elementos de protección personal e identificación de síntomas (…)”.
En resumen, la comunicación entre los ciudadanos es puesta al servicio de los intereses colectivos, interpretados por el gobierno local por instrucciones de la Autoridad Regional con órdenes de la Junta de Gobierno Global.
El mundo parece haberse unido nuevamente para enfrentar la gran amenaza sanitaria de las diminutas máquinas autorreplicantes afectando los derechos civiles.
Hoy en pleno 2050, la seguridad global justifica el recorte de los derechos a la autonomía individual y la privacidad de los datos personales. ¿Pero qué podemos aprender de otras experiencias traumáticas en la historia de la humanidad?
Sin duda, la pandemia que vivió el planeta entre los años 2020 y 2023, nos dejó una lección valiosa: La seguridad colectiva no debe deteriorar la autonomía y la privacidad de las personas, si se tiene en cuentas las siguientes condiciones:
Primera, la inteligencia artificial es puesta al servicio de los ciudadanos, bajo la modalidad de App´s o herramientas Opt-in, de suscripción voluntaria, con garantía de privacidad de los datos personales.
Segunda, los protocolos y las herramientas de control, basadas en inteligencia artificial, se diseñan de acuerdo con los valores de las personas objetivo.
Tercera, los gobiernos locales comunican los valores que quieren proteger, en términos individuales, y las razones que sustentan las estrictas medidas de vigilancia.
Y cuarta, los ciudadanos comprendemos las razones para la restricción temporal de nuestras libertades y derechos y avalamos los valores que motivan esas medidas sanitarias.
En este sentido, nuestra historia en la década de los veinte, nos muestra que un diseño inteligente de los sistemas de control, que esté alineado con los valores más preciados de la ciudadanía, respaldado por un proceso de comunicación abierto y transparente sobre las medidas y las razones para el control generalizado, no afecta necesariamente el relativo bienestar psicológico para afrontar ataques como éste.
Hoy, año 2050, podemos seguir prosperando, si ajustamos nuestro propio sentido de autonomía personal a las circunstancias sociales, generadas por esta amenaza biológica, y logramos que nuestra conducta individual contribuya a la seguridad de todos.
En síntesis, no podemos seguir interpretando la autonomía como el derecho a “hacer lo que quiero” sino como un sentido de voluntad y elección en lo que hacemos o dejamos de hacer, porque comprendemos el bien común que persiguen las medidas impuestas y reconocemos que están de acuerdo con nuestros valores más preciados.
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Inspirado en
Calvo Rafael A, Deterding Sebastian, Ryan Richard M. Health surveillance during covid-19 pandemic BMJ 2020; 369 :m1373 en http://www.bmj.com/content/369/bmj.m1373.abstract
Textos entre comillas hacen parte de:
Un documento de la Organización Panamericana de la Salud en https://www.paho.org/sites/default/files/2020-02/2020-feb-28-phe-actualizacion-epi-covid19.pdf
Un documento del Banco Mundial en https://www.bancomundial.org/es/news/factsheet/2020/02/11/how-the-world-bank-group-is-helping-countries-with-covid-19-coronavirus
Resolución 000666 de 2020 que puede ser consultada en https://id.presidencia.gov.co/Documents/200424-Resolucion-666-MinSalud.pdf