Cinco criterios para entender la motivación introyectada.
(Al final, hay un video de esta publicación)
Niños disfrazados de Batman, Superman o Catrina para pedir dulces; jóvenes convertidos en Mujer Maravilla, Flash o Capitán América para disfrutar una noche de rumba; perros vestidos de Spiderman o gatos con musculatura de Hulk acompañan a sus dueños.
Esto escena de la última semana de octubre, también sucede todos los días del año en los hogares, aulas y oficinas de adultos bien intencionados que animan a supuestos “superhéroes” a ser mejores o hacer más.
¿Cumples tu deber?, ¿Acatas las normas?, ¿Trabajas la autoestima?
Esta publicación describe uno de los cinco tipos de motivación; anteriormente, se explicó la motivación externa y aquí hablamos de la motivación introyectada.
Definición
Hemos oído muchas veces que la mamá o el papá le dice a su pequeño hijo: “Tú eres capaz”, “No tengas miedo”, “Eres mi superhéroe favorito”, para animarlo a hacer algo que no quiere hacer o que le parece muy difícil.
En estos casos, los padres acuden a engrandecer la “autoestima” o al “ego” de su pequeño para lograr la motivación necesaria para una conducta; muchas veces lo hacen, combinando esta estrategia con la promesa de premios o la amenaza de castigos.
No es sólo de una manera de motivar a los niños; también en las aulas universitarias, en las oficinas y en todos los espacios de la vida ciudadana, los adultos nos motivamos con una mezcla de responsabilidad, orgullo y compromiso, con la expectativa de alcanzar un premio o evitar un castigo.
Cuando actuamos en función de elogios ajenos, promesas de premios o amenazas de castigo, hemos incorporado tales razones externas como motivos para nuestra conducta; en este caso se dice que hemos introyectado la motivación.
La motivación introyectada relaciona una conducta con posibles consecuencias, en términos de aplausos, aprobaciones o logros que exaltan al “yo” o de intimidación, coacción o amenazas, dirigidas a controlar la conducta. El “yo” se involucra parcialmente por el cumplimiento del deber, la responsabilidad o la culpa.
Factores
Además de los premios o castigos, la motivación introyectada apela al argumento de la “responsabilidad personal” o del “compromiso individual” para incitar la conducta que se desea.
La autoestima contingente, es decir, la autoestima que está asociada o condicionada a una conducta específica, también es un factor importante: todo superhéroe “crece” y se “fortalece” cuando recibe la aclamación del público por su acto heroico.
Experiencia
Eso mismo nos pasa cuando experimentamos la motivación introyectada en las actividades hogareñas, el estudio, el trabajo o la vida en sociedad: aprendemos a asociar nuestra estima, orgullo o mérito personal, con determinadas conductas.
La regulación propia de una conducta, es “introducida dentro de sí” pero sin que haya una verdadera aceptación personal; en el caso típico, hacemos las cosas por acatar “el deber”, la “responsabilidad” o la “norma”.
Por lo tanto, la motivación introyectada es un tipo de motivación extrínseca que también se basa en premios o castigos, pero que se diferencia de la motivación externa porque el “ego” participa “responsablemente”, experimentando orgullo y mayor valía personal o culpa hacia la conducta regulada, según el caso.
Consecuencias
Si la sociedad premia nuestra conducta, “nos crecemos” y “nos fortalecemos”; en cambio, si castiga nuestra conducta, “nos culpamos” y “nos debilitamos”.
En todo caso, la conducta introyectada se percibe como causada “desde afuera” y no es experimentada verdaderamente como parte del “yo”; por eso, decimos que la motivación introyectada es controlada y todavía no autónoma.
Pertinencia
La motivación introyectada, como la externa, también es pertinente cuando se utiliza en las primeras fases del proceso de formación de la autonomía o del desarrollo de competencias. Igualmente, cuando se forma valores como el compromiso, la responsabilidad o la integridad.
Sin embargo, el recurso frecuente a la motivación introyectada limita el desarrollo de la autonomía y de la competencia, afectando la verdadera autoestima de la persona.
Por lo tanto, la motivación introyectada, así como la motivación externa, no es una “técnica avanzada” en el arte de motivar, mucho menos, en el arte de formar individuos autodeterminados.
Comparte esta publicación, haz un comentario y sigue este blog
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tus comentarios son muy valiosos. Gracias.