Tres herramientas para hacer más livianos tus compromisos.
“Le entregó el anillo de compromiso”, “Es una generación comprometida con el planeta”, “Eres un empleado muy comprometido”, “Tu palabra o tu firma te comprometen”, nos recuerdan el valor del compromiso.
¿Qué compromisos tienes?, ¿Qué compromisos has descuidado?, ¿Qué nuevos compromisos pueden hacerte mejor?
La palabra compromiso habla de cumplir en el presente y en el futuro una promesa que se ha hecho o se ha aceptado.
Hay compromisos básicos en tu vida que están determinados por:
Tu autonomía. Son compromisos contigo mismo, con tu vuelo, con tu felicidad: el libre desarrollo de tu personalidad, tus derechos y obligaciones, tus sueños, tus decisiones, tus objetivos, tu conciencia.
Tus competencias. Son compromisos asociados con tu talento: lo que te gusta y sabes hacer, tus conocimientos, habilidades, capacidades, lo que aprendes, tu trabajo, el servicio que brindas, los productos que elaboras, el apoyo que puedes brindar.
Tus relaciones significativas. Son compromisos con tu palabra, con el amor y con los demás: la lealtad, tu familia, tus compañeros, tus amigos, personas con quienes haces acuerdos, pactos o contratos.
Aunque los compromisos suponen una obligación, una cierta carga, tú puedes hacerla más liviana, más llevadera y cumplirlos, asociándolos al desarrollo de tu autonomía, de tus competencias o de relaciones sanas con los demás.
Cuando cuidas estas tres dimensiones de tu vida, comprometiéndote o cumpliendo los compromisos que conllevan, creces como persona y contribuyes a una sociedad mejor.
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